De vuelta en casa {Privado}

Esa mañana había salido muy temprano de casa, queriendo reconocer nuevamente las calles que lo llevaban a la escuela, a la cual regresaba después de algunos años, se negó a ir en el auto pese al deseo de su padre que en ocasiones (todo el tiempo) llegaba a ser un poco sobreprotector. Había pasado tanto que le costó trabajo encontrar su camino, suerte que había salido una hora antes y tuvo tiempo de sobra para encontrar su camino a salvo. Parecía que la ciudad había crecido mucho desde que recorrió sus calles la ultima vez.  

Reconoció a algunos maestros en el Instituto, antes de su transferencia había estudiado con ellos, los saludó gustoso de verlos de nuevo, siempre había tenido una buena relación con sus profesores, no tenían queja de él como estudiante, June siempre se esforzaba al máximo, en especial con las materias que le eran más difíciles. Las clases terminaron pronto ese día, ya que era el inicio de cursos, estarían saliendo temprano los primeros días, ese era un cambio interesante, en su antiguo colegio, los únicos días libres que tenían se ocupaban en eventos sociales no muy divertidos.  

Para aprovechar el día decidió seguir re-explorando la ciudad. Sin embargo, al haber comprobado lo mal orientado que estaba aquella mañana se limitó a visitar el parque junto al lago que no estaba muy lejos del Instituto. Si hubiera aprovechado un día de la semana anterior (apenas había llegado una semana atrás) para ir a explorar un poco no tendría miedo de perderse ahora, pero había extrañado tanto a su padre que había decidido aprovechar con él su tiempo antes de que las clases iniciaran, así que no se arrepentía, ya tendría tiempo de sobra para pasear.

Al llegar notó lo animado que estaba todo: al parecer había un evento cultural gratuito llevándose a cabo y en medio de eso había una exposición de artesanías. La gente caminaba entre las mesas expositoras observando las curiosidades, comprando en los carritos de comida o probando su habilidad den los típicos juegos de feria. June se mezcló entre ellos e hizo lo mismo llevado por la curiosidad. No se arrepintió, había muchas cosas bonitas y el aroma de la comida hacía el ambiente más agradable, incluso se entretuvo con una obra de marionetas muy bien hechas. Había llegado en buen momento.

Los días para Heikki pasaban igual que un suspiro, vivía la vida sin darle un respiro, muchas cosas pasaron en tan solo una semana, semana en la cual todavía no regresaba a casa de Aki, cada vez que se disponía a volver algo se cruzaba en su camino. ¡Lo juraba!, no era porque no quisiera volver simplemente las cosas pasaban.
Y...aquí estaba de nuevo en el parque con una caja bajo el brazo. Después de los acontecimientos de la noche pasada no le quedaba de otra. No quería ni recordarlos de nuevo, de pensarlo sentía su sombra siendo pisada por una pequeño monstruo con cara de niña. Un movimiento provino de la caja que llevaba (los chicos estaban inquietos), manteniendo a salvo a sus pequeños socios.

-Ya casi llegamos- dijo a la caja como si fuera a recibir una respuesta.

Camino por el parque buscando un lugar adecuado para su propósito, entre más se adentraba se encontraba con más personas, era parque se suponía que debía ser normal, en cuanto llegó cerca del lago lo supo. Se llevaba a cabo una especie de evento-tianguis-cultural, lo que sea que eso significará. Los puestos y mesas variaban entre si, había de comida, de pinturas, joyería hecha a mano, algún número de marionetas para los niños, obras de teatro muuuuy abstractas, los menos raros eran los que leían la mano... ¿eso era arte?, no estaba seguro, entre muchas cosas más. Se alivió de ver el siempre confiable puesto de crepas, lastima que no traía mucho dinero gracias a alguien y porque le compró algo de leche esa mañana a los gatitos. Ya no importaba con tanta gente seguro encontraría sin problemas un dueño para cada uno de ellos, no quería separarlos pero no estaba segura de encontrar quien quisiera hacerse cargo de los tres y luego de desaparecer todos esos días no iba a llegar a casa de Aki con unos gatos bajo el brazo al pensar en lo molesto que podría llegar a estar. Entre más se apurara pronto regresaría y se disculparía con Aki por desaparecer.

Iba a necesitar una hoja de papel o algo en donde escribir y una pluma o algo con que escribir. Dio una vuelta por un par de puestos curioseando y buscando, hasta que  uno de un chico que exponía sus dibujos fue amable al regalarle una hoja de su block de dibujo y prestarle un marcador negro. Completada la primera fase, se dirigio a la banca donde conoció a su amigo Yerik, al llegar estaba ocupada por unas chicas. Fue en busqueda de otro lugar, encontró un espacio libre cerca de una mesa donde vendían joyería hecha con material 100% natural...Sin importarle mucho se sentó en el pasto (al estilo indio), a lado izquierdo bajo la sombra de un árbol, abrió la casa topandose con tres pequeñas bolas de pelos que jugaban entre ellos. Y al frente de la caja puso su cartel:


El chico que le dio la hoja le agregó un dibujo muy simple pero lindo de la cara de un gatito muy tierno de ojos grandes y brillosos. Funcionaría mas que bien, ¿Quien podría resistirse a sus bien acicalados bigotes?

Se puso a jugar con los gatitos que trayaban de salirse de su caja y esperó.

Spoiler:

Al terminar el show de marionetas, las personas que la observaban incluyendo a June comenzaron a dispersarse. Había sido entretenido ver un show de ese tipo, no veía uno así desde hace mucho y todo parecía nuevo. Se detuvo un momento para mirar el lugar y ver si algo llamaba su atención, aun no había recorrido ni la mitad de la exposición.

En efecto, no pasó más de un par de segundos cuando algo atrajo su atención, pero no era una mesa expositora, ni una pintura, ni siquiera alguno de los carritos de comida o dulces tradicionales que estaban por ahí, había sido un maullido. June miró hacia donde creyó oírlo, pero nadie parecía cargar en sus brazos ningún felino grande o pequeño, eso le preocupó, era peligroso para un cachorro andar perdido en medio de tanta gente, alguien podría pisarlo o peor. Se agachó para tratar de encontrar al animalito, pero no vio más que zapatos y pantorrillas. Probablemente lo había imaginado.

Dio unos cuantos pasos más, aun con el pendiente y sin quitarse esa idea de la cabeza y entonces lo volvió a escuchar, sí eran maullidos, pero no parecía ser un solo gatito, eso creía.

Ahora tenía curiosidad, se fue acercando al lugar de donde provenían los sonidos, pero su extrañeza crecía al ver que a medida que se acercaba lo único que veía era  una mesa donde vendían joyería. No podía equivocarse, de ahí cerca venía el sonido, estaba seguro. Entonces, continuó inspeccionando y lo encontró: ahí estaba, o mejor dicho, ahí estaban, dentro de una caja de cartón con un letrero curioso de adopción, al cuidado de un chico de cabello rubio que jugueteaba con ellos.

June se acercó hasta donde estaban agachándose a la altura del otro chico para poder verlos mejor. A él le gustaban los animales: los perros, los conejos y por supuesto los gatos, aunque no había podido tener uno nunca desaprovechaba una ocasión para acariciar a un gatito.

Al asomarse a la caja vio que eran tres hermosos gatitos con pelaje atigrado y mirada traviesa, - ¡Tan lindos! - dijo June sin contenerse, los cahorritos eran su debilidad. -  ¿son tuyos? - le preguntó al chico que estaba con ellos jugando y que tenía ya en sus manos las marcas de rasguños y mordidas típicas de los juegos felinos, siendo tan pequeños no median su fuerza y solían enterrar de más sus garritas y colmillos - ¿puedo? - preguntó para poder cargar a uno de los felinos en sus manos.

Algunas personas se detenían a ver a los gatitos para luego pasar de largo, las chicas les tomaban fotos los cargaban un rato y se iban. Nadie pregunto si se podia llevar uno, bueno si hubo alguien; un niño como de cinco años que llegó a donde estaba Heikki sin compañía, se puso a acariciar a los gatitos hasta que llegó su mamá por él, al parecer lo había perdido de vista dos puestos adelante, el niño le pregunto si podía llevarse uno a su mamá, la señora hizo una cara de enojó y vio a Heikki como si hubiera sonsacado a su hijo; le dijo que no que ya era hora de irse y se lo llevó casi a rastras al niño, éste volveteo a ver a los gatitos con lágrimas en los ojos mientras se alejaba.

-¡Estare aquí todo el día por si cambia de opinión!- grito mientras se despedía del niño con la mano, tras oírlo el niño se fue tranquilo con su mamá. Sabía que no iban a volver.

Ajenos a su alrededor los mininos seguían enfrascados en sus juegos, inquietos mordían sus dedos o usaban sus garritas para aferrarse a su ropa. Dos de ellos jugaban sucio atacándolo al mismo tiempo, los llamó Max y Killu a los dos revoltosos que no le daban tregua, Max era el más pequeño de los tres y el más escandaloso (él empezaba el barullo), mientras Killu era silencioso y arisco si no le ponias atención, no te dabas cuenta de él hasta que ya te tenía entre sus garras (literalmente y mente maquiavélica del equipo), usaba a Max de señuelo y por último estaba Haru, él era mejor buen niño, no menos tranquilo jugaba con cualquier cosa y era menos latoso que sus hermanos, amaba la atención; por el momento estaba entretenido con un cordón de piel curtida que la mujer de la joyería de a lado le regalo a los gatitos, ellos eran unos coquetos que conquistaban a las mujeres con sus enormes ojos azules. No llevaba mucho tiempo con ellos y ya los nombraba, se sentiría triste cuando tuviera que despedirse de ellos y sus nombres cambiarían por uno que su nuevo dueño les de, a veces apestaba no tener un lugar para darles un hogar junto a él. A Heikki le gustaban las agallas de Killu, los lloriqueos de Max y la ternura de Haru.

Venir de quien sabe donde un chico se paró frente a él gritando emocionado por los gatitos, eso fue curioso; se esperaría una reacción así de un niño o una chica, este chico lucía de unos 15 años. Parecía ser genuino su interés en los animalitos, esperaba que no fuera de los que los acariciaba un rato y se iba.

-Si...mas o menos, los encontre en la calle abandonados y esperaba encontrarles un hogar- contestó a su primera pregunta. No iba a decirle que los encontró en un bote de basura, eso parecía ahuyentar a las personas.

-Adelante- acepto que agarrara a uno de los chicos, Haru se encontraba cerca del chico mientras que los otros estaban en sus asuntos sin terminar contra su camisa y tratando de treparle encima. No le importaba si quería cargarlos, con un poco de suerte esta vez funcionaría la ternura de Haru y lo encantaría.

Cada gatito tenía su encanto, de todos el más pequeño, pero no por eso menos travieso, era el que había llamado más su atención por su vitalidad pero no quiso interrumpir su entretenido juego con su otro hermano que no se quedaba atrás en travesuras y tenía bien sujetada a su presa. El tercero de ellos permanecía tranquilo es una esquina, jugando con un pequeño cordón, ajeno a los que sus dos hermanos hacían, concentrado en aniquilar ese pedazo de piel curtida. June lo tomó en sus manos, tomándolo por sorpresa pero el chico era muy tranquilo y no opuso resistencia, dejándose hacer en sus manos, se veía que le gustaba ser mimado al pequeño travieso.

- ¿En la calle?..... - No pudo evitar sentirse triste por ellos ¿quién podría abandonar a su suerte a uno animalitos indefensos y además unos tan lindos como los que estaban enfrente suyo?... Aunque pero no todo era malo, los pequeños estaban a salvo ahora, se veía que el chico había creado un lazo,  podía saberlo porque los chicos estaban muy tranquilos y felices en su compañía a pesar del barullo del festival, otros gatos se habrían ocultado en su rincón. June había asistido en un refugio de animales el año pasado como parte de una actividad escolar y había podido comprobar cómo se comportaban muchos de los animales rescatados de las calles, la mayoría eran ariscos al principio pero con un poco de cariño y paciencia creaban un lazo y podían integrarse más fácilmente con los otros animales y personas del refugio.

- Bueno, en realidad no importa de donde vengan, al menos tuvieron la fortuna de encontrarte en su camino, no hay muchas personas que estén dispuestas a ayudar a los que no pueden pedir ayuda, ¿verdad? -  June le acarició la pancita al felino quien se retorció de puro gusto y luego atrapó su mano para jugar como lo había hecho con el pedazo de cordel, enterrando sus colmillos y uñas, forma única en la que esos animales demuestran su cariño - Quien los haya dejado ir de esa manera no merecía el cariño de estos pequeños de todos modos.

Vio que los otros pequeños seguían muy entretenidos haciendo lo propio con su amigo humano y sonrió - son muy lindos, ¿ya tienen nombre los pequeños? -  aunque era cierto que estaban en adopción podía ver que su personalidad ya estaba saliendo a flote a pesar de su corta edad, no cabía duda que los gatos crecían más rápido que los perros, si fuera él no habría podido resistirse a nombrarlos y el chico sin duda parecía que les tenía cariño.. - ¡Ah, lo siento! estoy preguntando el  nombre de ellos antes que el tuyo - se avergonzó por semejante falta de educación sonrojándose ligeramente - Perdona... mi nombre es June, ¿cuál es el tuyo?

Fue una grata sorpresa para Heikki ver la emoción del chico al jugar con Haru, le preocupó un poco la cara que hizo cuando le dijo que los encontró en la calle pero se olvidó de eso cuanfo siguió jugando con Haru, por un momento creyó haber sido tonto por decirlo. Pasado el peligro rasco un poco su cabeza más para olvidar que casi mete la pata que por sentir alguna picazón.

-Me gustan los gatos, me gustaría quedarme con ellos, pero no puedo así que no puedo evitar querer ayudar...- no pudo terminar, Heikki sintió una garrita enterrarse en su estomago al igual que una aguja, en ésta ocasión por reflejo tomo al pequeño killu para tratar de retirarlo de su estómago, lugar a donde pudo llegar, sus garritas estaban atoradas en su camisa de forma insistente, con su otra mano retiro con cuidado las pequeñas garras de su camisa -me gusta ayudarlos- dijo finalmente y lo puso junto a Max que estaba entretenido con los cordones de sus zapatos, killu no tardó en reclamarlos para si mismo y ambos se pusieron a jalarlos a su propio lado.

No se consideraba haber hecho algo, fuera de lo común, no recibía muchos cumplidos de personas extrañas a menudo, por lo tanto no sabía como reaccionar -...supongo que no hice nada que otra persona hubiera hecho-

Le gustaba como pensaba el chico, estaba al expresar su desagrado por quien o quienes los abandonaron, además le gustabaa Haru, que estaba muy agusto entre sus manos.  No podía esconder lo mucho que le gustaban los gatitos, de pronto preguntó por los nombres de los mininos hasta el momento nadie lo había hecho. No pudo soltar una carcajada al ver que June (ya sabía su nombre gracias a que el chico se acordo de ptesentarse), se puso nervioso por haber preguntado el nombre de los gatos antes que el de él, fue muy divertido verlo tratando de componer su pregunta. La verdad no le importaba si se preocupaba por su nombre mientras quisiera a uno de los gatitos.

-Bien June yo soy Heikki- respondió cuando controló su risa, pero aun mantenía una sonrisa mientras hablaba- no te preocupes se que ellos son más guapos que yo- bromeó - permiteme presentarlos. Este de aquí es el pequeño Max- al decirlo con una de sus manos acarició la cabecita del mencionado, rascando detrás de las orejitas, pronto Max dejó lo que hacía para atrapar la mano de Heikki. En cuanto Killu lo notó fue a hacer lo mismo que su hermano - Y este pequeño revoltoso es Killu que no le gusta que lo ignoren- ambos hermanos peleaban para reclamar su mano como propia. Heikki acostumbrado a sus uñas y dientes ni se inmutó.

-Al final pero no el menos importante, sostienes al lindo Haru, como vez prefiere no compartir con sus hermanos a su humano- le miro sonriente, refiriéndose claramente a él. Se podían diferenciar por su comportamiento a cada uno, peto otro método que usaba eran la forma de las lineas que cruzaban en sus cabecitas, eran diferentes solo tenías que poner atención.

-¿Quieres sostenerlos a los tres?- pregunto al percatarse de como veía emocionando a los otros gatitos. Sería difícil mantenerlos juntos sin sufrir sus cariñosos ataques cuando les gustaba alguien, mas no imposible hacerlo. Si a Haru le gustaba a sus hermanos tambien -Sientate aquí- hizo un espacio para que se pudiera sentar junto a él.

La risa de Heikki solo le hizo sonrojarse más, no parecía que se estuviera burlando,  pero en dado caso se lo merecía por haber olvidado preguntarle a él primero. Aunque ahora ambos estaban de acuerdo en algo, los gatitos eran los más guapos del lugar sin lugar a dudas. June también rió. Aceptando la invitación con un asentimiento se levantó de su lugar para sentarse a su lado con las piernas cruzadas al estilo indio al igual que él, pues era una posición más cómoda.

- Así que Heikki - repitió el nombre para memorizarlo - es un nombre bonito - sonrió - es un placer - extendió su mano libre para estrechar la de Heikki la cual sintió era firme y un tanto áspera pero cálida al mismo tiempo y daba una sensación agradable al tacto, pensó June - Entonces... - regresó al tema original - estos son Max, Killu... - dijo señalando a cada uno para tratar de identificarlos  eran ligeramente diferentes en sus lineas de la frente pero probablemente tardaría más de unos minutos diferenciarlos - y tu eres Haru -  levantó al pequeño que ya tenía en manos para mirarlo mejor: definitivamente le hacía honor a su nombre, lleno de energía y encanto como la primavera.

- Con que su humano ¿eh...? - miró a Heikki con complicidad, sabía lo que estaba diciendo al usar esas palabras, volvió a mirar a Haru, en realidad no le importaba quedarse con el pequeño, era un cachorro adorable, ya pensaría cómo decirle a su padre más tarde no creía que tuviera problemas con llevar a casa un gatito - Me gusta la idea - June quería poder darle un hogar al menos a uno de ellos. Esto trajo a su mente de nuevo las palabras que había dicho Heikki antes...  

- Sabes, no deberías subestimarte a ti mismo, lo que hiciste significa el mundo para ellos, ahora todos podrán encontrar un hogar - dijo mientras trataba de evitar que el pequeño Haru atrapara su mano en esa trampa peluda que eran sus patitas, luego miró a Heikki y sonrió calidamente. Podía decir que era un buen chico, su modestia parecía más bien una forma de quitarse el crédito por sus acciones, como alguien que no sabe recibir un cumplido, por eso June quería asegurarse de que supiera que no era cualquier cosa, incluso la más mínima muestra de buena voluntad podía cambiar una vida: felina, canina, humana... él lo sabía, así había cambiado la suya.

En ese momento los chicos por fin se habían dado percatado de su presencia y la de su hermano al igual que de toda la atención que éste estaba recibiendo. Por supuesto Killu no quería ser ignorado por el recién llegado y se abalanzó en una carrera con Max hacia su hermano Haru y los tres se pusieron a jugar en su regazo.

- Uhmm... ¿te importa si me quedo contigo más tiempo? - preguntó después de meditarlo un poco, esperando no haberse oído raro al hacerlo. Heikki parecía un chico agradable y deseaba conversar un poco más con él, en la ciudad no tenía muchos amigos o conocidos con los que pudiera salir (por alguna razón la gran mayoría temía ir a jugar a su casa y la otra parte eran chicos que no le agradaban, cuyos padres los obligaban a entablar una buena relación con él solo por conveniencia).

Heikki pensó un momento en las palabras de June, ciertamente al encontrarlos sintió una gran rabia al encontrar a los gatitos abandonados, no estaban precisamente en un lugar en el que no pudieran ser escuchados por alguien, su llanto debido al hambre que tenían y nadie se molestó en sacarlos de donde estaban. Conocía muy bien el hecho de que las personas podian llegar a considerar poco importantes la vida de otros seres que no fueran ellos mismos, pero para Heikki no era así, él sabía lo importante que es una vida, sin importar si se trataba de un pequeño animal. Por otro lado no ne gustaba ir por ahí anunciando sus buenas obras del día, solo lo hacía y no necesitaba el reconocimiento al hacerlo.

-No me subestimo June, si tu los hubieras encontrado hubieras hecho lo mismo. Cierto-  le resto importancia, pero le gustó un poco recibir un cumplido por parte del otro chico, no le venía mal de vez en cuando; se sentía extraño pero estaba bien con eso.

-Quedate cuanto quieras, yo no me moveré de aquí hasta que todos tengan un hogar-

June no había negado no ser el humano de Haru, así que podía decirse que faltaban dos. Ahora que recordaba no sabía cuanto tiempo le tomaría y estaba corto de dinero, pronto tendría que conseguir comida para los cuatro. Los chicos estaban jugando como si su energía no tuviera fin, tendrían hambre de seguir ese ritmo. La actividad en el evento parecía haber llegado a la mitad de su duración, más personas llegaban al parque.

Los tres pequeños estaban ahora sobre June en cuanto vieron a su hermano se le echaron encima. Max se acomodó en su regazo fácilmente a la de Haru, éste estaba disfrutando de la compañía de sus hermanos también lejos de querer acaparar a June y Killu se dejaba acariciar muy sumiso y tranquilo. El lazo entre los tres era muy fuerte, se buscaban entre ellos jugaban pero no peleaban en serio, los malos recuerdos estaban fuera de sus mentes, lo sabía porque Max ya no temblaba ni lloraba, killu ya no estaba tratando de rasguñar y morder para lastimar a quien se ateviera a tocarlo y Haru ya no se escondía. Heikki se sintió algo celoso de que se portaran tan bien con June mientras que con él buscaban adueñarse de cada parte de su cuerpo o se mantenían siendo revoltosos.

-Sabes en verdad les gustas, conmigo son muy traviesos y a penas puedo mantenerme a salvo de ellos- le dijo a June con confianza, le agradaba su personalidad tan desenvuelta y transparente. Ojala tuviera tanta suerte para encontrar a alguien parecido a él que quisiera a alguno de los chicos.

-¿Has tenido mascotas antes?- le pregunto a June, tenia mucha familiaridad con los gatitos.

June se quedó satisfecho, se había sentido un poco tonto al preguntarlo pero la respuesta de Heikki le tranquilizó cuando le dijo que no tenía inconveniente en que se quedara.  

- Entonces hasta que encuentren todos un hogar me quedaré a hacerte compañía - aunque la idea de verlos separados comenzaba a resentirla, se veía que se querían tanto los tres hermanos y estaban tan lindos los tres juntos que separarlos sería triste. Él ya había decidido hacerse cargo del pequeño Haru, era un pequeño menos por el cual preocuparse, lamentaba que la camada tuviera que separarse  deseara que todos pudieran quedarse juntos pero en cualquier caso era pronto para preocuparse por eso, había todo un día por delante, quiso acompañar a Heikki hasta que esto pasara, era dificil no agarrarles cariño a los chicos

- Creo que es porque te consideran uno de ellos - respondió al comentario que Heikki le hizo sobre lo bien que se portaban con él y lo traviesos que eran con Heikki - juegan contigo como juegan entre ellos... o como lo harían con su padre - sonrió travieso ante esa idea de comparar Heikki con papá gato, mientras acariciaba la cabecita del pequeño Killu que ronroneaba placidamente, los otros felinos se entretenían observando tranquilamente a ambos chicos desde su lugar.  

- En realidad nunca he tenido una mascota... - confesó. Le gustaban los animales pero había estado fuera de casa durante un buen tiempo como para tener la oportunidad de cuidar de una mascota  y no se permitía tener animales en los dormitorios del colegio al que había asistido, incluso tener un pez era contra las reglas ya que además de ser una fuente de distracción para los estudiantes, debido a las exigencias del colegio, la misma salud de los animales podia verse comprometida - pero estuve ayudando en un refugio de animales - se encogió ligeramente de hombros, eso respodía a su anterior pregunta, claro que June habría hecho lo mismo que Heikki al encontrarse a los pequeños en la calle, lo habría hecho sin pensarlo - aprendí algunas cosas interesante ahí... no tendrás que preocuparte, cuidaré bien de Haru - le dijo convencido, no quería que Heikki se preocupara por el bienestar del pequeño Haru al saber que nunca había tenido una mascota.

- ¿Y que hay de ti Heikki? ¿Hay algo además de los gatos que te guste? - Heikki había mencionado antes que le gustaban los gatos, June quería saber un poco más sobre él.

A lo lejos se escuchaba una banda tocar, seguramente era una de esas bandas escolares a juzgar por la cantidad de instumentos que se podían distinguir y el tipo de música que tocaban típica de esas bandas. El sonido de las tubas pareció no gustarle al principio a los felinos, pues éstos dieron un salto asustados en cuanto sonaron, June solo rió por lo bajo al ver sus reacciones y los trató de tranquilizar rascando sus barbillas, pareció funcionar.

No tenía problemas con que se quedará, además le agradaba June, tenía un algo que mantenía tranquilos a los chicos.

Lo tomó desprevenido, ser padre no figuraba en sus planes, bueno no estaba seguro él no se considerada alguien que pudiera serlo. Detuvo su línea de pensamiento estaban hablando de los gatos no de otra cosa.  Se dio un golpe mental pensar que dirgio sus pensamientos en otra dirección era señal de que necesitaba comer algo para hacer funcionar mejor sus nueronas.
Era cierto que les había tomado cariño no se considereba su padre pero los cuidaría como uno si pudiera, así que continuó con el juego.

-¿Eso te convierte en la mamá?- preguntó tras escuchar el comentario de June, sobre su teoría de que lo consideraban como el papá gato, no se lo tomó a mal, de hecho le resultaba muy gracioso, nunca lo había pensado de esa forma. Dejó escapar una risa por ver la reacción del otro, era muy divertido hablar con June -Solo bromeo-

Considero un punto a favor de June a pesar de no haber tenido mascotas el haber trabajado en un refugio mascotas, hablaba de su buen corazón, desde hace unos minutos atras confiaba en que Haru sería feliz a su lado no siquiera lo dudaba.

-Me gustaría poder visitar a Haru al menos una vez, no me lo tomes a mal, se que cuidaras bien de él, supongo que si me siento como su papá, quisiera verlo feliz- no solo por Haru, los otros dos tambien, los dejaría ir si sabía que estaban bien, probablemente no los vería después de eso. Tampoco podía obligar a los nuevos dueños que le permitieran verlos de vez en cuando. Se estaba haciendo un lio y todavia no se iban.

Estiro una mano para acariciar a Killu, estaba tan tranquilo.

-Veamos...supongo que la comida, bueno las verduras no tanto, caminar por ahí- no iba a decirle vagar en calles oscuras donde es posible que no puedas salir -hacer un poco de ejercicio- correr por los callejones, saltar muros, bardas, techos, trepar arboles a veces, pelear... no estaba mientiendo solo hizo un resumen -el refresco de naranja y un buen reto, nunca digo no a un reto, me gusta viajar, conocer lugares y personas diferentes-

No estaba en la onda de la mayoría de los chicos normales de su edad, que se preocupaban por andar a la moda, ni siquiera sabia cuales eran los artistas del momento, ir a bares o conquistando a quien se cruzará en su camino, ni siquiera tenía celular. Podía sonar algo aburrido.

-Soy un poco simple, ¿Qué hay de ti June?-
Un ruido asustó a los chicos ayudó a June a calmarlos, no estaban acostumbrados a los ruidos fuertes y desconocidos, justo como el ruido de una banda de musica hacía. Llevó a Max a su regazo ya que June se ocupaba de Haru y Killu.

No supo que cara pusó con el comentario de Heikki pero debió haber sido una muy graciosa para hacerle reír de manera tan espontánea, ya iban dos veces en aquel día. June también rió.  

- Por supuesto que podrás visitar a Haru cuando quieras, no tengo inconveniente con ello y a él le encantará verte - Heikki le agradaba, se había portado bien con él y lo que había hecho por los chicos decía mucho de sí mismo, por eso June no lo pensó demasiado para responder a ese comentario.  

Escuchó con atención lo que Heikki decía mientras acariciaba los pequeños que ya estaban tranquilos, el pequeño Killu se limpiaba la carita con minuciosidad. June no era muy bueno en los deportes populares,ara ejercitarse lo unico que hacía era salir a caminar o correr por las tardes, pero no lo hacía todos los días. Le parecio gracioso cuando Heikki mencionó lo de las verduras, justo como un niño pequeño, no pudo evitar soltar una sonrisa.  

- No creo que seas simple, todos somos diferentes, si nos gustaran las mismas cosas sería aburrido, además viajar me parece algo muy interesante, seguro has visto todo tipo de cosas y conocido mucha gente - June había viajado por distintos lugares, usualmente en vacaciones con sus abuelos quienes vivían ahora como nómadas. Se divertía al ver nuevos paisajes y personas, había observado distintas costumbres en el norte y en el sur de una misma ciudad, pero al ser sus abuelos personajes importantes (a pesar de haberse ya retirado), se veía inevitablemente arrastrado a las reuniones (cuando no había chicos de su edad con los que pudiera convivir) con el mismo tipo de personas: socios de su padre y abuelo, viejas amigas de su abuela que amaban pellizcar sus pobres mejillas por alguna razón, veteranos y los tipicos lamebotas. June sabía que había más cosas allá de las que podía ver o escuchar y deseaba conocerlas más de cerca, tal vez algún día pudiera viajar sin preocuparse por aquellas personas hechas a molde.

- Y bueno, a mi también me gusta conocer nuevos lugares y personas y... me gusta ver las estrellas y las constelaciones, desde la ciudad es un poco difícil por las luces artificiales, pero en campo abierto es hermoso -  Aunque su casa estuviera en la zona residencial las luces seguían siendo un impedimento para apreciar la belleza de las constelaciones en su esplendor, él prefería hacerlo en alguna de las haciendas de su padre, desde la carretera o la montaña, donde se podía ver sin esos problemas; pero ya estaba divagando en eso Heikki debía pensar que el simplón era June, la mayoría de las personas creían que era muy infantil dedicarse a mirar las estrellas, pero a June le gustaba.

- Por cierto, ¿tienes hambre? - preguntó cuando Heikki había mencionado antes la comida recordó que ya era hora de comer - porque yo sí y apuesto a que estos chicos en cuanto se despierten - porque ya estaban dejándose caer en los brazos de Morfeo - también querrán comer algo ¿se te antoja algo en especial? - estando el parque tan lleno de personas los vendedores de comida ambulante no se habían hecho esperar, además estaban los establecimientos de comida de costumbre en el parque y los del evento cultural.

June esperó la respuesta de Heikki en su lugar, antes de saber a donde iría prefería no moverse demasiado para no molestar a los gatitos, se los dejaría a Heikki mientras buscaba algo para los cinco.

En efecto conocer personas y diferentes lugares hacian los viajes más interesantes, no podía negarlo. Prueba de eso justamente era su estancia en Vermelho en el tiempo que llevaba conoció personas interesantes y se metió en situaciones muy peculiares.  

-A mi también me gusta mirar al cielo aunque no se nada sobre constelaciones y esas cosas- habló sin pensar - me refiero a los nombres de las estrellas...- trató de explicarse mejor porque pensó que sonaba como alguien que no le interesaba o le daba igual - creo que es sorprendente que conozcas ese tipo de cosas yo no podría recordarlas todas- no porque no quisiera sino porque usaba su memoria para recordar otras cosas. Tampoco estuvo mucho tiempo en la escuela para saberlo.

-Es un poco difícil encontrar un buen sitio para verlas en la ciudad pero no imposible. Si sabes donde buscar- le sonrió cómplice.

Justo como decía June, ya una siendo hora de buscar comida, pero no llevaba mucho dinero encima. La última vez que revisó su cartera tenía para comprar algo de leche para los gatos y si ni le fallaba la memoria a penas alcanzaría para que se comprase algo para él que aplacase un poco su estomago. Solo tenía que aguantar un poco, ya que tenía planeado regresar a casa de Aki. No tenía la confianza del todo ni iba a pedirle a June que le invitase.

-Compra algo de leche para ellos y con lo que sobre trae lo que sea que se pueda comprar para mí- June lo sacaba de un apuro al ofrecerse a comprar comida, para los pequeños no resultaría agradable el ir y venir e interrumpir su siesta, poraue un bebé necesita dormir; hasta Heikki lo sabía. Le entregó todo su dinero a June.

Los pequeños dormían muy tranquilos acurrucados los tres en su regazo cuando June se los paso al irse a buscar la comida. Podía sentir como a cada respiración sus cuerpos se movían suavemente, pronto él comenzó a bostezar tenía ganas de echarse en el pasto y dormir, más no podía hacerlo. Puso su brazo encima de la rodilla, apoyó su mejilla en el puño cerrado igual a un pedestal, cerro los ojos un momento. No iba a dormirse solo descansaba la vista por un rato, después de todo no creía que June se fuera a tardar demasiado.

June se sintió aliviado por alguna razón cuando la respuesta de Heikki no fue la misma que la de la mayoría de las personas. Algo que había dicho cuando June expresó su pesar sobre lo dificil que era ver las estrellas en la ciudad le había dejado con curiosidad, en cuanto regresara le preguntaría sobre aquello, sonrió sin darse cuenta mientras caminaba entre las personas. Por ahora tenía que encontrar algo para llevar además de la leche para los pequeños. June no había pensado en tomar el dinero de Heikki pero ya que éste se lo había dado de buena gana le pareció que sería grosero rechazarlo. No obstante se encargaría de llevar algo para ambos, para que así pudieran comer todos juntos. La cuestión era qué...

En el parque había muchos carritos de comida de todo tipo, no solo local sino de todas partes del globo y nuevas creaciones, por desgracia al haber tanta gente la fila en la mayoría era larga. Primero que nada tenía que ir por la leche, recordaba haber visto un lugar de crepas no muy lejos de ahí, lo encontró facilmente por el aroma, por suerte no había mucha gente ahí. Al cruzar algunas palabras con el empleado supo que eso era porque se había quedado sin algunos ingredientes (era un buen día para el negocio) y acababa de mandar por ellos, llevar crepas estaba entonces descartado. Compró dos cajitas de leche y dos de jugo de frutas. No muy lejos de ahí había un carrito de comida que llamó su atención porque mucha gente llevaba lo que ahí vendían. El letrero decía Takoyaki. No había probado aquello pero parecía que la gente lo disfrutaba y decidió probar con eso. Cuando tuvo todo regresó hasta donde estaba Heikki y los chicos, esperaba no haberse tardado demasiado.

Los pequeños seguían durmiendo placidamente sobre el regazo de Heikki cuando regresó. La imagen era muy curiosa y le pareció especialmente linda: verle con los pequeños encima y con un semblante tan tranquilo como si durmiera, de hecho pensó que eso hacía, le hizo nacer una cálida sonrisa. Se acercó en silencio para no despertarles, acarició la cabecita del pequeño Max que estaba cerca(parecía tener el sueño pesado pues no se inmutó por el ligero toque) y con la misma delicadeza quitó un mechón de cabello que había caído sobre la frente de Heikki, al hacerlo éste abrió los ojos, tomándole por sorpresa.  

- ¿Te desperté? - preguntó June encogiéndose de hombros con un ligero sonrojo.   Por lo visto Heikki no estaba dormido como lo pensó al principio, eso o tenía el sueño muy ligero - He traído algo de comida - sonrió mostrando la bolsa con los comestibles. Dejando su mochila a un lado, se sentó junto a Heikki una vez más y le entregó la bolsa para que viera lo que había dentro - No sabía que traerte... así que compré para ambos algo que vi mucha gente estaba llevando, parecía bueno - antes de irse había olvidado preguntarle a Heikki qué tipo de comida le gustaba - espero no haberme equivocado - bromeó. Vio que los chicos se estremecieron perezosamente  por el movimiento y el ruido, seguramente no tardarían en despertarse con hambre, cuando eso pasara su eche los estaría esperando.

Abrió los ojos al sentir la caricia sobre su cabello, estaba pensando en que iba a hacer si no encontraba lugar para los otros dos, tal vez debería de llevarlos con él otro día más, mientras esperaba sentía agradable la calidez de ellos en su vientre.

-Estaba descansando los ojos un poco- la noche anterior no había dormido mucho tampoco.

A su nariz vino el olor de la comida que traía June, provocando un ruido muy parecido a un gruñido no muy humano de su estomago, haciendo que Haru y Killu se removieran en sus lugares, Max necesitaba una gran catástrofe para despertar o que sus hermanos lo hicieran con su sutil forma; abalanzándose sobre él sin contemplaciones. Los gatitos se acomodaron mejor en donde estaban. Heikki no se movió esperando a ver que sucedía, sin signo alguno de que los chicos despertaran volvió su atención a aquello que olía tan bien.

- Si huele así debe saber bien- saco el contenido de la bolsa cuando June se la paso. Descubrió una orden de takoyakis. -June leíste mi mente, me moría por comerlos, pero...- cuando paso cerca de los puestos de comida, el olor de lo takoyakis le hizo agua la boca pero no creía traer suficiente dinero para comprar. June debió haber usado su dinero, ponerse digno no iba a cambiar el hecho que tenía hambre y quería comer los takoyakis.

-A la próxima invito yo- encontró una solución sin complicarse la vida.

En la bolsa encontró también la leche de los gatitos, reconoció la marca, era la que vendían en el puesto de crepas, se daría una vuelta por ahí para saludar antes se irse.

Hizo espacio para June.

-Comamos antes de que despierten, creeeme son muy mimados cuando quieren comer- sonrió.

Los gatitos tras ser alimentados por Heikki aquella noche querían que él lo hiciera siempre, aun no se acostumbraban a comer por si sólos. Bueno June estaría ahí para ayudarlo a hacerlo.

Se acomodó a su lado dejando el resto de sus cosas en un lugar cercano para que no estorbaran.

- No te preocupes por eso - negó ligeramente con la cabeza - lo hice con gusto y era lo menos que podía hacer - sonrió amablemente, aunque en verdad la idea de que podría haber una proxima vez  le agradaba

- Probemoslo juntos entonces antes de que ellos reclamen la atención - dijo divertido refiriendose a los gatitos que en ese momento se revolvieron somnolientos pero aun sin despertarse, tendrían un poco de tiempo para comer tranquilos antes de que despertaran hambrientos.

- Por cierto, hace un rato dijiste algo que me dejó curioso... puede  ser que tu.. ¿conozcas un lugar donde puedan verse las estrellas dentro de la ciudad? - no escondió su entusiasmo ante la posibilidad pues era algo que había querido hacer desde que llegara a la ciudad. Ir a las montañas era una opción pero el recorrido hasta la cabaña familiar era de al menos tres horas.

Abrió la caja transparente que contenía las bolitas de takoyaki, olían bastante bien. Le dio a probar la primera, tomándola con los palillos se ladio a comer en la boca y espero su reacción como si él mismo la hubiera preparado aunque de haber sido así probablemente no habría estado tan positivo sobre su reacción.

- ¿Qué tal está? -

No se quedó atrás mucho tiempo y el probó también una. Era un sabor diferente a los que estaba acostumbrado pero no podía negar que le gustaba la sazón.

June se sentó a lado de él.

-Conozco un par de sitios al sur de la ciudad-

En sus idas y venidas Heikki pasaba su tiempo explorando la ciudad o para ser exactos en el getto habia edificios altos abandonados, desde donde se pidía ver gran parte de la ciudad, obviamente el alumbrado público escaseaba por lo que se podían apreciar las estrellas que iluminaban las sórdidas calles, las luces de la parte rica se vislumbraban a lo lejos sin interferir, aunque podía ser un poco peligroso para June que no parecía ser un chico que pasara sus días metiéndose en problemas o caminando por la calle a altas horas de la noche.

Quedaba otro lugar igual de oscuro y probablemente tan peligroso o más: el pueblo fantasma de la ciudad, ahí todo estaba en penumbras, lo había visto desde un edificio del guetto. Él no creí en fastamas ni nada por el estilo pero podía haber pandillas o personas peligrosas por ahí escondidas, de pronto sintió que no fuera buena idea. Protegería a June siempre, pasara lo que pasara, estaría seguro con él.

-Si no te da miedo la oscuridad o las alturas puedo llevarte, pero recuerda mantenerte cerca de mí siempre y mantenerte a mi ritmo-

Le hacía esas recomendaciones principalmente por si necesitaban correr, saltar, escalar o escapar. Casi siempre Heikki necesitaba usar todas sus habilidades cuando salía a vagar por las noches.
Heikki espero a que June le diera su cajita de takoyakis muy paciente, pero en vez de eso el chico le ofreció una bolita de takoyaki, lo vio extrañado un momento cuándo por fin entendió abrió la boca muy obediente, si se trataba de comida que más daba y se la comió de una mordida.

Alzó el pulgar arriba dando su aprobación al sabor, para responder la pregunta de June, estaba masticando todavía. Heikki tomo otra sin mucho empacho y comió alegremente su porción. June tenía algo de salsa cerca de su boca, Heikki lo limpió con su pulgar y lamió su dedo despreocupado.

-Tenías algo de salsa ahí- dijo después de la extraña mirada que le dedico June y se bebió su jugo.

El sol empezaba a tornarse anaranjado, hacía unos instantes los gatitos se despertaron justo a tiempo, después de que él y June terminaran de comer. Primero Haru y Killu, Max fue el más perezoso para hacerlo. Fue bueno ya que mientras June alimentaba a Haru, Heikki entretenía a Killu, solo contaban con un gotero para hacerlo así que tenían que turnarlos.

Estaba preocupado porque la tarde ya casi terminaba y no había conseguido quien quisiera llevarse a Max y a Killu, empezó a jugar con un mechón de su cabello, cada vez que pensaba en algo que lo preocupaba hacía eso.

June negó ligeramente con la cabeza, no le temía a ninguna de esas cosas, a pesar de lo que pudiera pensarse, no era un chico miedoso y debilucho. Si bien no era el intrepido chico que Heikki daba la imagen de ser, tampoco era un ratón de biblioteca. Salir y conocer nuevos lugares, tener nuevas experiencias y conocer personas diferentes era algo que June disfrutaba mucho.

- Quiero ir contigo - le respondió sin darle vueltas al asunto. No podía negar que se sentía emocionado por la sola idea de aventurarse en la noche a descubrir nuevos lugares de la ciudad - Prometo no separarme de ti ni causarte problemas - Heikki parecía saber de lo que hablaba por lo tanto le hizo esa promesa para no preocuparlo, aunque sentía algo de temor en el fondo por adentrarse a esa parte de la ciudad que nunca había pisado antes, confiaba en que si estaba a su lado todo estaría bien.

Se alegró de que la elección de comida fuera buena, comió gustoso sus bolitas de takoyaki, tanto que no se percató del rastro de salsa dejado en su mejilla hasta que Heikki se lo hizo saber - G-gracias - dijo avergonzado con un ligero toque de rojo en sus mejillas, se acomodó un mechón de cabello tras la oreja y terminó con sus alimentos justo a tiempo para atender a los dormilones. Para alimentarlo primero tomó a Haru, aprovechando que Heikki distraía al travieso Killu.

Haru era un gatito muy obediente y se dejó consentir mientras June le alimentaba con el gotero, no razguñaba ni se apresuraba por arrebatarle el gotero. Cuando estuvo satisfecho le bajó con su hermano Max que ya estaba poniendose impaciente por atención y comida. Le dio el gotero a Heikki para que alimentara Killu mientras ahora él distraía a Max para que no se desesperara ni molestara a a Haru que ahora lleno se dedicaba a bañarse con minuciosidad. Al terminar Heikki con Killu, siguió Max, June descubrió con alegría lo glotón que era éste ya que había sido el que más había comido de todos. Luego de comer los tres hermanos se pusieron a juguetear de nuevo, algunos ultimos niños se acercaron a ver a los revoltosos pero siempre eran los padres los que se negaban a cargar con responsabilidad de llevarse a algún gatito. Quizás fuera cosa del destino...  

- Sabes... - dijo a Heikki, cuando se alejaron las ultimas personas en ver a los gatitos, contemplando cómo jugaban entre ellos - creo que es bueno que no se hayan llevado a ninguno de ellos hasta ahora.. - ante la mirada de desconcierto de Heikki soltó una risita y le explicó el por qué de sus palabras.

- Son muy unidos, separarlos sería muy triste... por eso... Heikki, quiero mantenerlos juntos como los hermanos que son y llevarlos a casa - por esta ocasión pensó que podría aplicar el famoso "pedir perdon que pedir permiso", ya encontraría alguna manera de decirle a su padre sobre los tres pequeños inquilinos, su casa era muy grande y los tendría en su habitación hasta que supieran portarse bien para que no le molestaran, con esto su padre no tendría queja de ellos, apenas y sabría que estaban ahí...

- Después de todo... qué clase de mamá sería si permitiera que crecieran lejos uno de otro, ¿cierto? - sonrió traviesamente siguiendo el juego.

Se hacía tarde, June no se había dado cuenta de la hora estando tan entretenido como estaba con Heikki y los gatitos, se dio cuenta solo hasta que miró al cielo y lo vio pintado de colores.

Una sonrisa se le formo en el rostro cuando June dijo que se haría cargo de los tres, luego de que nadie más había mostrado interés por ellos. La verdad no esperaba que June quisiera a los tres juntos, tener uno ya daba trabajo, dos causarían estragos pero ¡tres!, serían un verdaderos demonios juntos.

-Que suerte han tenido- Heikki emocionado les dijo a los tres mininos  -creo que te quieren ahora más a ti que a mí-

Le gustaba la idea de que alguien como june se encargará de los tres, pero no quería parecer uno de esos tíos que cuando ya no tiene una responsabilidad se olvida totalmente de ello. Por algo ambos serías los "padres" de esos pequeños como decía June, llamarse a si mismo mamá era un poco lindo, no es que pensara que Kune era igual a una chica y ahora estaba pensando en tonterías, porque eso lo convertía en el "papá" de esos tres y no quería defraudar sus espectativas.

-Ustedes dos deberian casarse hacen una linda pareja-

Una voz que no pertenecía a ninguno de los dos chicos se escuchó. La cara de Heikki buscó de donde provenía esa ridícula sugerencia. Una chica desconocida muy sonriente los observaba, de donde o cuando había estado ahí no lo sabía, ¿de que rayos estaba hablando?.

-Oi, ¿quien eres?. Escuchar conversaciones ajenas es desagradable- en definitiva tenía una suerte para conocer gente rara -¿Estabas espiandonos?-
La chica solo sonrió maliciosa.

-Vamos, no te pongas así, es más creo que estan de suerte porque justo tengo lo que necesitan para ser una linda pareja casa (bajo la ley de la feria) - murmuro entre dientes eso último- ¡Por solo 5 monedas yo los casaré! -
Heikki se le quedó viendo como si se hubiera vuelto loca esa chica.

-Venga las personas de ahora parecen no creer en el matrimonio de las ferias y no he tenido muchas ganancias y ustedes dos se veían tan lindos juntos- la chica hizo un gesto suplicante, a Heikki le parecio una treta, no porque fuera una chica iba a hacerle caso.

-En primera no has dicho tu nombre, en segunda porque ayudaría a una loca como tu-

Estaba avergonzado por el hecho de que acababa de a June y no quería hacerlo sentir extraño, porque era lindo, agradable y si iba a casarse... esperen en que mierda estaba pensando ahora gracias a esa chica.

-June tu no crees que...- ni siquiera terminó, no sabía como interpretar la expresión en la cara de June.

-Como sea no es nuestro problema- dijo evitando seguir viendo a June o toda su determinación flanquearía.

June estaba de acuerdo con Heikki sobre la chica, en que había sido grosero de su parte haber escuchado la conversación de ambos pues aunque no era algo personal y secreto lo que habían estado charlando, era privado, algo entre ellos dos.

- No fue correcto que nos espiara, por cualquiera haya sido la razón.. fue grosero de su parte - secundó June de manera más suave, la verdad es que también quería saber desde hace cuánto les había estado espiando sin ellos haberse dado cuenta ¿es que habían estado tan absortos en sus asuntos que no dieron cuenta? June se avergonzó un poquito por eso, y la insistencia de la chica que no cedía le hacía ponerse nervioso y no supo que decir o hacer cuando Heikki se dirigió a él, se avergonzó más, y la chica parecía pasarse el mejor momento del día con eso, pero June no se dio cuenta de eso porque estaba tratando de responder ahora

- A..ahm no, es que...v..verás nosotros no... uhm no es que no quiera- le tomó desprevenido June no sabía por qué se había puesto nervioso de repente luego de ver la cara de Heikki que había preferido evitar contacto visual- e..es que nosotros nos acabamos de conocer y, quiero decir..... - por qué se ponía tan nervioso después de todo no es que fuera de verdad ¿cierto?, y no tenía nada de malo era como esos festivales escolares en los que todos se emocionaban por ello, aunque personalmente nunca había participado en eso.

- Estábamos por irnos y.... u..uhm... l..lo lamento - se disculpó con ella. La chica había puesto una cara que le hacía sentir remordimiento por las negativas,  y se sentía menos convencido.

- No lo hagan por mí.. no no, Háganlo por ellos.. necesitan unos padres responsables que se comprometan a cuidarlos y velar por ellos, ¿no es eso lo que desean para estos pobres gatitos? - y señaló a los hermanos que estaban muy entretenidos escuchando a los tres - además sucede que ya tengo todo preparado - sonrió alegremente - no os llevará mucho tiempo ¿qué dicen ambos? tendrán un maravillos recuerdo de este día y ¡serán la pareja más guapa en el album de fotos! - volvió a insistir la chica estaba, decidida a no darse por vencida.

- Heikki... ¿crees que tal vez....? digo, podríamos tu y yo.... - dijo June volviéndose hacia él, al cruzar miradas sin quererlo se sonrojó recordando las palabras de la chica, ya se había dado cuenta de que Heikki era un chico muy guapo pero ahora sus mejillas se habían puesto rojas por recordar que lo había pensado.

Mientras June hablaba con la chica, prefirió entretenerse con los tres pequeños diablillos que parecían estar inquietándose al estar durante un tiempo lejos de la posibilidad de hacer travesuras.  Esperaba que todo terminara pronto. Fingía no estar al tanto pero puso atención a todo lo que decían, todo iba encaminado a dejar de lado a esa loca chica o eso pensó hasta que le volvieron a incluir en la conversación. Escuchó la duda en la  voz de June y  el sonrojo en la cara del chico no ayudaba cuando volvió su atención a él.

"Esto es malo"...

Las tretas de la chica parecían estar funcionando, Heikki era débil ante lo que le gustaba, pretendía ser todo cool y rudo, pero se derretía ante aquellas personas que tenían una linda expresión, el rostro sonrosado de June era algo muy lindo difícil de ignorar. Si Heikki le hubiese conocido de otra forma hubiese coqueteado un poco pero no quería que el otro chico pensara que lo hacía solo para que a cambio cuidara de los mininos.  

-Ya déjanos en paz- deicidio ser directo de una vez, tratando de hacer un último esfuerzo de oponerse, tomo a June de la mano para alejarse de ahí. Ese fue su error.

Viendo que las cosas no funcionaban por las buenas, la chica recurrió al plan B, el cual nunca fallaba.

-¡Eres un idiota!- el grito de la chica se escucho (según los rumores) por todo el parque antes siquiera pudieran ambos chicos irse, puso sus manos cubriendo el rostro, moqueando tan fuerte como podía, llamando inmediatamente la atención de todas las personas que los rodeaban -Lo prometiste- dijo con voz pastosa; fue la cereza del pastel. Los murmullos iniciaron y las miradas acusadoras, ¡que insensible hacía llorar a una chica!.

El truco bajo no funcionaría con él sabía de sobra las tácticas de los estafadores, le importaba poco lo que pensaran de él, al diablo con ella. Sí, pero no era él único afectado por la actuación de la pequeña bruja manipuladora. June parecía afectado, vale que Heikki podía ser un cara dura cuando se lo proponía pero no era tan idiota como para dejar que otro se viera afectado por sus acciones.

Apretó los dientes cuando comprendió que esa niña había ganado, odiaba a esa clase de personas que jugaban sucio.

-Vale lo haremos pero deja de llorar- dijo enojado, no estaba nada contento por ser manipulado de tal forma, ni bien acepto la chica levanto su rostro con una desagradable sonrisa de satisfacción. Sabía que estaba fingiendo.

-Sabía que no me decepcionaría y ya que son ustedes unas personas tan buenos clientes les daré el paquete especial de 12 monedas- esa chica era un demonio de los negocios, no solo logro lo que quería sino que les vendería algo mas caro de lo que había tratado de vender en un inicio. No podían oponerse a ella. El dichoso paquete consistía en: un "Acta Oficial de Matrimonio de la Feria Local", un par de anillos con un grabado especial de

Heikki fue el primero en firmar la dichosa acta  de matrimonio, poniendo su nombre puesto que nunca había hecho es esfuezo de tener una firma propia lo cual haría cuando sacara el cardex de mayoría de edad. Sus testigos fueron, obviamente sus tres peludos hijos poniendo la huellita de cada uno, siendo killu el de las garritas mas afilaladas tras dejar un rasguño visible en el papel. Con un leve nerviosismo Heikki puso el anillo en el dedo de June donde correspondía; esa chica no dejaba pasar nada. Por último llegó el momento de la foto.

June sostenía entre sus brazos a los tres traviesos, Heikki se puso frente a él, lo miro a los ojos, debía admitir que no todo estaba resultando ser tan malo. Con una mano acerco a su nuevo "esposo" , la otra mano la puso sobre un costado del cuello de  June, tocó algunos mechones de cabello (eran suaves al tacto), parte del delicado cuello y su pequeño lóbulo estaba algo tibió delatando el enrojecimiento de las orejas del chico que por la oscuridad de la noche no se notaba. Pensó en besar sus labios pero...no sería lo correcto. Junto fuerza para no caer ante la tentación, siendo un poco más alto se inclino para besar la frente de June.

La situación estaba creciendo intensa y comenzaron a llamar la atención de otras personas, June trató de conciliar pero fue en vano, la chica estaba llorando. June puso una mano en su hombro para calmarla, no le preocupaba tanto la mirada de los curiosos tanto como la chica así que no les prestó atención a los murmuros en cambio miro a Heikki. Existía solo una solución (en realidad más, pero solo una que no dejaba a una joven llorando en medio de la feria). Ambos terminaron por ceder a su capricho y fue así que sucedió.

Cuando Heikki tomó su mano para colocar el anillo (que eficientemente la chica tenía más que listo) sintió que ésta empezaba a sudar ligeramente, estaba nervioso. Tal vez era la mirada de la chica o la cara de Heikki o la situación entera pero rezó porque Heikki no notara ese detalle porque sabía, por el calor en su rostro, que no podía hacer nada por el rubor en sus mejillas.

Llegó su turno de poner el anillo, inhaló profundamente para concentrarse y no equivocarse. Aunque no era típicamente una persona tímida aquella situación era suficiente para ponerle así. June aclaró su garganta, que se había puesto algo seca y pronunció sus votos mientras tomaba la mano de Heikki para colocar el anillo, logró pronunciar los votos sin que se le enredaran las palabras en la boca, tartamudeando quizás en una palabra o dos, no se dio cuenta: "Yo, June, te acepto a ti, Heikki, como mi esposo y prometo serte fiel, quererte y cuidarte por siempre". Y firmó  'June V’ en la presunta acta de matrimonio.

Pasado el nerviosismo, sonrió divertido al ver cómo cada gatito fungía como testigo dejando la marca de sus patitas en la hoja junto a sus nombres. Había resultado un día divertido a pesar de que las cosas se hubiesen salido un poco de control.

Creyendo que eso sería todo, se volvió hacia Heikki. Se sorprendió un poco al verlo tan cerca al frente suyo, cuando llegó el momento de la fotografía. Le miró atentamente a la expectativa de lo sucedería a continuación. June sintió el calor subir desde el cuello hasta sus orejas. La mano de Heikki era cálida y gentil y su mirada estaba fija en la suya. La mente de June se puso en blanco ante la anticipación y sin percatarse de ello contuvo la respiración por un par de segundos. Y sucedió el contacto: un beso ligero casi invisible en su frente.

Al dejar de sentir el ligero y cálido toque de los labios de Heikki en su frente, June abrió lentamente los ojos que no se había dado cuenta en qué momento había cerrado. Buscó la mirada de Heikki pero no la encontró, no insistió porque para ser honesto sentía que podría hacer combustión espontánea justo en ese momento. Un calor diferente al de la vergüenza llenó su pecho, el gesto de Heikki había sido tremendamente lindo a su parecer. Creyó que tendría una sonrisa boba que no podía ocultar por lo que quiso evitar la mirada de la chica también, enfocándose mejor en recuperar a los mininos inquietos. El encanto del momento se rompió con un segundo flash y un 'ehehe~'.

- ¿Eh? - estaban de vuelta en la realidad. June no había visto el primero, de hecho, no sabía si había habido uno ya que tenía los ojos cerrados entonces, pero recordó oír un 'clic'. Claro, recordó, era el momento de la foto. El embarazo regresó de nuevo, ¿qué tipo de cara habría puesto en esa foto? La chica se apuró a ordenar algunas cosas en la mesa y dijo:

- Una copia del acta de matrimonio totalmente legal (bajolaleydelaferiaehem) para cada uno de los novios - declaró la chica, las manos de Heikki rompieron el contacto de repente -  y una foto conmemorativa para cada uno de los novios también.

Ella extendió las fotos instantáneas a Heikki y repartió las copias del acta. Lucía tan satisfecha, June lo habría notado de haberla visto a la cara y habría visto también la expresión en la cara de su nuevo 'esposo' pero estaba ocupado mirando la evidencia, inclinado sobre el brazo de Heikki.
La chica como buena vendedora alagó a los jóvenes y enseguida empezó a hablar sobre algo de una luna de miel en un tour por la ciudad… las alarmas sonaron y antes que Heikki dijera algo (porque ya había abierto la boca solo que June no lo notó),  June la interrumpió con sutileza.

- Aprecio tu interés y tu gentileza - sonrió cálidamente - pero creo que ha sido suficiente amabilidad por hoy. Ha sido un encantador recuerdo el que nos has dado y nos alegra haber podido ayudar de alguna manera - le dio un apretón de manos a la chica sin cambiar su expresión amable, no estaba molesto por su intento de comprometerlos con otro servicio, después de todo solo hacía su trabajo pero debían dejar de caer en sus juegos. – Veras, ya es tiempo de retirarnos, quizás la próxima vez ¿sí? - La chica apunto de ponerse a la defensiva cambió de opinión por alguna razón y con un puchero les permitió partir, a pesar de eso no pudo ocultar su expresión de satisfacción al recibir su pago tras ese gesto bien practicado.

Los chicos tomaron sus cosas y comenzaron a caminar para salir de la feria. June agitó la mano para decir adiós mientras se alejaban de la chica y ella regresó el gesto. Una vez estaban de nuevo para ellos mismos sin interrupciones June comentó con una risita nerviosa para reanudar la charla con Heikki y eliminar el silencio:

- Bueno, eso fue inesperado… creo que en parte es mi responsabilidad, pero….. también creo que fue agradable ¿no crees?- se sonrojó ligeramente y para distraerse volvió a inclinarse familiarmente sobre el brazo de Heikki para ver las fotos de nuevo. - Ah, ¿podría conservar está? - pidió con una cara ilusionada. Después de contemplarla un momento más antes de guardarla en el bolsillo de su uniforme escolar pensó en voz alta lo fotogénico que le parecía Heikki. Al darse cuenta de sus palabras se sonrojo un poco pero no se arrepintió ya que era verdad.

Tan pronto como terminara todo eso, esa chica dejaría de molestarlo, por lo que no hizo mayor escándalo o se resistió al firmar la hoja y al final posar para la fotografía que ella quería sacarles.

Estaba tan jodida de la mente si pensaba que iba a seguirle el juego con eso de la "Luna de Miel" su paciencia se había ido su mala cara lo delataba. Afortunadamente June intecedio dando por finalizado todo. Estaba enfocado en su enojo que no presto atención al ruido exterior ni a la voz de June. No sabía todavía como había terminado dentro de la farsa de esa chica, odiaba dejarse mangonear; dejo salir su frustración con un chasquido bajo.

Heikki tardo uno segundos en entender lo que June le acababa de decir, miro la mano del chico que sostenia una de las dos fotos que la chica les hizo, se suponía que el paquete solo incluía una fotografía pero ella tomo dos, no le importaba si June se quedaba con todo a él no le importaba tanto ese tipo de cosas además de que las perdería en alguna calle sin siquiera darse cuenta.

-Esta bien- June eligió la fotografía donde quedaría para siempre guardado el momento en que le dio el beso en la frente. Se avergonzó un poco al darse cuenta que era una escena bastante cursi.

¡Pero es que cuando se enojaba no pensaba en sus acciones!

Tampoco se arrepentía de nada, después de todo June era un chico lindo y cuidaría de sus pequeños peludos. Heikki agarro la otra fotografía; donde ambos miraban de frente a la cámara: June estaba sonrojado se miraba muy gracioso con esa expresión en la cara. Guardo la foto en el bolsillo trasero de su pantalón.

-Quédate con esto también, yo las perderé-Le dio las dos actas de matrimonio. Bueno tampoco es que importara si se perdían o se rompían...de hecho eso sería mejor, ademas su letra era pésima en comparación a la de June, otra razón por la que puso mala cara. Si no tuviera la otra mano ocupada con la caja llena de gatitos rompería esas malditas hojas en mil pedazos.

-No creo que seas en realidad mi esposa...como si fueras una chica, ya sabes- No quería que hubiese malos entendidos -Pero creo que eres mejor que una...- metio la pata con eso ultimo - ¿Quien quiere a una chica cuando son igual de molestas que esa loca?- se apresuro a decir, pensando que estaba cavando su propia tumba, sin mencionar que quedaba como un completo tonto.

-Mierda, solo quiero decir que te miro como un igual no soy un machista ni nada de eso, ambos seremos el esposo del otro-

¿Qué clase de estupidez estaba diciendo?, ¡porque seguía con eso del matrimonio!

-Sera mejor irnos, los pequeños diablos necesitan descansar y yo también. ¿Te importa si te acompaño?. Quisiera conocer el camino cuando los visite- Se excuso, para salir de alguna manera, estaba hecho un lío.

Las personas empezaban a retirarse del parque, conforme oscurecía el día unas nubes fueron envolviendo el cielo. Sin las estrellas todo parecía que lo que podía ser malo podría empeorar más, aunque no todo era malo propiamente dicho pero tenia que dejar a June y a los mininos en su hogar para que la lluvia no los sorprendiera y él tenia que buscar un lugar donde pasar la noche si quería dormir un poco antes de que iniciara otro día.

June sceptó el cumplido implícito en el discurso de Heikki y dejó escapar una ligera risita al terminar de escucharlo explicarse con patadas de ahogado dandole vueltas al asunto del matrimonio del festival, 

- Mhn, - asintió dándole la razón - y yo  creo que tomé al chico más guapo del parque como el mío - dijo orgulloso, sin una pizca de sarcasmo o vergüenza, aunque tal vez más sonrojado de lo habría querido para su propósito. 

Claro June estaba consciente de que no era verdadero todo aquel embrollo del matrimonio pero no pudo resistirse a hacer ese ultimo comentario dada la reacción de Heikki a dejar el tema de lado, además aprovechó para devolver el cumplido. Mientras tanto guardaba todo en el bolsillo frontal de su mochila. 

- Es por aquí - tomó a Heikki por el brazo un momento para guiarlo a dar la vuelta por la esquina para dejar el parque a sus espaldas. - serás bienvenido cuando quieras... además estos traviesos van a entristecerse si no lo haces - sopló una hoja seca que se había enredado en la cabeza de Killu al reacomodarse en su caja...  aunque si bien los gatitos extrañarían Heikki, June a decir verdad también lo haría. 

Siguieron caminado por una amplia avenida bien iluminada por los faros que iban encendiéndose conforme más se oscurecía y el cielo cambiaba de una paleta de naranjas y violentas a un monocromático tono de azul.
 
- Hace rato mencionaste que conocías un lugar donde se podían ver las estrellas dentro de la ciudad, por más que pienso no se me ocurre nada, aunque tampoco es que conozca cada palmo de la ciudad... - se encogió de hombros - ¿cómo encontraste un lugar así?, ¿cuándo podremos ir?- preguntó con curiosidad y un deje de asombro y excitación. Heikki parecía tener todo un repertorio de secretos bien guardados. Extrañamente no sentía desconfianza o miedo a pesar de que por sus anteriores palabras aquel lugar podría ser peligroso y desconocido.