Dulce Capricho (Privado)

La noche reinaba en la ciudad de Vermelho. El muchacho de cabellos azules caminaba tranquilamente por las calles del distrito Sur, hace algunos días había llegado a la ciudad y la verdad no tenía idea de dónde ir, la ciudad le parecía extremadamente enorme, no era nada que había visto antes. Había escuchado que la zona más peligrosa era Ghetto, y como tan arriesgado era, el mercenario no dudo en ir. Llevaba puesto una sudadera negra, acompañado de unos Jeans negros de cuero y unas botas marrones.

―”Hmph, maldición, maldición, maldición…”― Se le escuchaba murmurar, los nervios comenzaban a torturarlo. Hace horas que no comía nada, estaba bastante débil, y las jaquecas no tardaron en aparecer. Por lo que se apoyó sobre una pared húmeda, llevando sus manos hacía su frente. Las miradas de la mayoría que pasaban por allí se fijaron en él, no le importaba en lo absoluto.

―”Kuh… ¡Ngh!”― Trataba de no hacer mucho ruido por el dolor, pero le era casi imposible, hasta el punto de sentir que todo a su alrededor se movía. Sin olvidar que sentía como su espalda ardía, como si algo fuese a salir.

―”Por favor, hoy no...”― Piensa internamente, temiendo a lo que fuese a suceder. La ultima vez que liberó las extrañas extensiones habían ocurrido catástrofes por excelencia.
Y así era la vida de Shinkei Amarase, el mercenario conocido también como Ouroboros.

Esa tarde del viernes, como era habia ido a la cantina a beber, ya no sabia desde cuando se le habia hecho costumbre beber hasta tan tarde pero sin duda y con practica habia ido ganando resistencia al alcohol. Con pesar y un gruñido al no poder embriagarse como hubiese deseado salio del lugar con una clara mueca de molestia. Tampoco es que el lugar donde estaba le causara agrado, pero con tal de beber poco importaba si fuere en el mismo infierno, despues de todo pocos pueden con un angel maldito

Con pesar, por el frio que ironicamente era una de las cosas que menos soportaba, camino lento hasta su carro haciendo de la vista gorda a todos aquellos vagabundos y almas desamparadas que yacian en las calles. Como siempre, como de costumbre, pero al doblar la esquina para llegar a su deportivo un alma le llamo la atencion, las habia sentido antes pero jamas tan fuerte como ahora. Con una cinica sonrisa se volteo a ver al muchacho que a duras penas se sostenia de pie y caminando hasta el con su tipico porte elegante lo admiro

-pareces mas desecho de lo que aparentas- sonrio burlon sin esperar respuesta -como un gato callejero- lo tomo del brazo para ayudarlo a sostenerse pero sin delicadeza, tal vez era la parte de angel que aun conservaba gracias a su madre, pero de ser otro no hubiera movido un dedo

Solto un suspiro sonoro arrastrando al muchacho hasta su carro para poder recostarlo en el asiento del copiloto -nuevo y sin duda moribundo, comun por aqui- susurro viendo al menor que apenas y le sostenia la mirada

Un fuerte escalofrío recorrió su espalda, tomándolo desprevenido. Con un quejido, el chico en cuestión alzó su vista para encontrarse con una figura que se acercaba hacia él. Tal vez estaba tan acostumbrado a ver las cosas de mala manera, que se cuestionó si irse o no, pero sus fuerzas eran casi nulas. Temiendo a lo que el contrario le fuese a hacer, tan solo soltó un gruñido bastante bajo.

―”Ngh… ¿Qué...?”― Mencionó un tanto enojado al escuchar lo que le había dicho, si hubiese estado buenas condiciones, no hubiera dudado en golpearle la cara. Pero en cambio le había ayudado a… ¿Levantarse? Se agradeció bastante internamente. Pero a la vez se sentía inseguro ¿Y si era uno de esos científicos locos? Lo dudaba mucho. No era una persona que se confiaba automáticamente de los demás. Pero en sí, la apariencia del contrario le daba cierta paz. Había tenido sucesos que le hacían dudar de la gente, incluso si tenían buena reputación.

Al entrar al vehículo del sujeto, se percató de lo lujoso que era. Bueno, el joven de cabellos rubios también parecía ser de ese estilo. Cuando se sentó, logró calmarse. Su respiración, así como su temperatura y su espalda habían cambiado un poco. Hasta poder por fin hablar con algo de normalidad.

―”Supongo que era obvio… Gracias, como te llames…”― Al decir aquello último, su voz se notó rasposa. Como si por el frío le hubiese afectado.―”Me dicen Ouroboros… y, ¿Quién eres y que quieres? Perdón si suena descortés.”―. Mencionó sin rodeo alguno. Esperando una respuesta.

Bien, no era lo que se esperaba, sin duda al haber crecido en un hambiente lleno de lujos estaba acostumbrado al mayor de los respetos asi como la cordialidad y el buen comportamiento, lo que al escuchar hablar al menor de esa forma le causo un poco de gracia

-soy Luka... Ouroboros, interesante nombre- murmuro con una sonrisa de medio lado obserbando al menor regresar a un estado mas humano, por asi decirlo, pues sin duda la presencia que sentia en el menor le era totalmente extraña -por cierto... ¿que eres?- sin rodeos, directo al grano, sin duda algo que le gusto del menor -no te ofendas...- le miro de reojo hasta voltearse totalmente -pero no eres humano o almenos no al 100%- en ocasiones daba gracias haber heredado ciertos dones de su madre pero hacer sentir comodo a la gente no era una de ellas -y solo ayude a alguien que me llamo la atencion- respondio a la pregunta del menor encogiendose de hombros para restarle importancia

Hizo una pausa dejando salir un suspiro -¿quien te sigue o de donde escapas?- murmuro, en ocasiones podia llegar a ser bastante intuitivo

No dijo nada, lo escuchó con claridad, pero ¿Eso significaba que el contrario no era humano? Técnicamente podría asimilar eso. El de cabellos azules le miró fijo por unos segundos antes de responder con una típica mirada seria.


―”Bingo, lo has adivinado...”― Respondió de manera sarcástica, con un toque de humor desviando la mirada ―”Estas en lo correcto, no soy humano y podría decir lo mismo de ti. Soy simplemente alguien que fue sujeto de experimentación. Nada más que eso.”―.

―”Parecen que tus padres no te enseñaron cosas básicas… Como no hablar con gente desconocida. Pero bueno. Gracias de todas maneras.”― Soltó una pequeña risa, a lo que, seguido de eso tomo más confianza.

―”Así digamos, soy buscado por ser un ¿Experimento? Bueh, estos humanos y sus cosas de ahora… Vine a esta ciudad por que se me dio la gana, y ya”― En un tono despreocupado, aunque en realidad estaba nervioso. Había hablado antes de pensar típico de él.

―”Ugh… Joder…”―.

Solto una pequeña risita ante la mirada sarcastica, si... sin duda se habia delatado, pero era lo que menos le importaba, a estas alturas casi todos sabian que en esta ciudad rondaban todo tipo de criaturas, un paraiso para todos... o algo parecido...

-es verdad, no soy humano y no estoy ni cerca de serlo- le resto importancia encojiendose de hombros -y al contrario, mis padres me educaron muy bien, eres tu el que ha hablado mas de la cuenta- lo miro con una sonrisa de superioridad

-en fin, no es que sea alguien dispuesto a ayudar, de todos modos- poso su mirada al frente -pero me intrigas, tu... tu presencia es interesante- lo miro de reojo posando una sonrisa burlona -siempre me he pregunta que ven los humanos en torturar a los de su misma especie... aunque tu resultaste atrayente- solto otra risita burlona y sin duda divertida

―”Bueno, es divertido… Independientemente de la persona que sea… Y gracias por los halagos.”―.

Con lo que parecía una mirada un poco sospechosa, le picaba la curiosidad saber que era el contrario, pero era mejor no meterse en cosas ajenas. Se percató del dolor que comenzaba a emerger lentamente de su espalda. Sintiendo varias punzadas. Por su parte intentó disimular.

―”Uh… ¿Y que hace alguien como tú en lugares tan sucios como estos? Normalmente la gente como tú está en sus casas disfrutando lujos...Oh bueno, así son la mayoría”― Con una sonrisa falsa contestó, para luego soltar un pequeño grito de imprevisto, sentía como una de las extremidades lentamente salía de su espalda.

―”Oh… Perdón… ”―.

-puedes preguntar lo que quieras- solto una simplona risa pues el contrario era mas facil de leer de lo que queria parentar

Disimulo bien su sorpresa cuando el menor puso una leve y rapida mueca de dolor pero lo dejo pasar -pues deberia estar en mi palacio rodeado de mayordomos y perros extrabagantes, pero a veces es bueno darse un respiro- le respondio con sierta superioridad y sarcasmo pero el grito lo saco de su reciente aura formada

-deberia llevarte a que alguien revise eso- miro su espalda notando ciertas protuberancias que nacian de ahi -tal vez esos inutiles puedan ayudarte- la verdad odiaba hablar de los supuestos angeles pero que mas podia hacer, el no era alguien sanador y estaba, por mucho, lejos de serlo despues de todo apenas y recordaba los consejos de su madre, su angel personal

Sin cuidado poso su mano en su espalda sintiendo aquellas raras "cosas" que nacian de ahi -¿que son?- cuestiono serio y con cierto enojo en sus ojos

– “Entonces... ¿Qué eres…?”  – Si algo le había enseñado la ciudad, es que los peores monstruos no siempre lucían horribles. Él mismo era un ejemplo perfecto. Pero de alguna manera, la presencia del rubio no le incomodaba. Pero por mero instinto, estaba bajo guardia.

– “Ah, ¡N-No hace falta, está bien! Simplemente son así, se calman. Quiero creer.” – suspiró un tanto cansado. Acomodándose en el asiento, logrando apaciguarlas contra el respaldo. – “No tengo idea de que son, pero son excelentes armas de defensa, contra una persona puede resultar mortales. Si no las libero, enloquecen por así decirlo” – era todo un enrollo, entender cómo podía controlarlas era un milagro.

– “¿Te gustaría verlas, rich kid?”– con una ligera sonrisa, sus ojos lentamente comenzaban a tornarse de un color negro con pupilas rojas. Era algo común cuando estaba a punto de liberarlas, pero antes estaba esperando la confirmación.

-soy un humm....- se tomo un tiempo razonando lo que diria -lo que los humanos llaman half o media sangre- solto un suspiro a veces hubiera preferido ser demonio

-pero en fin, es interesante que esas cosas se hayan adaptado a tu cuerpo, es intrigante como sobreviviste a esos "simbiontes".... eres el humano mas peculiar que he conocido- sonrio son sorna y superioridad, su parte humana es la salia a relucir en esos momentos

-bien... pequeño cordero perdido- bufo con cierta burla pues esa era su manera de humillar a los llamados angeles, no le agradaban, para nada... -me encantaria verlas- ensancho su sonrisa tornandola un poco lugubre y maliciosa, la sola idea era excitante y no dejaria pasar esta oportunidad

Sonrió, no sin antes quitarse la chaqueta de cuero que tenía, pues no quería romperla. Quedándose así con la camiseta negra que tenía por debajo. Tomó una bocanada de aire y soltó  de manera bruta las partes extras de su cuerpo. Salieron de su espalda, por lo bajo de su nuca. Su color era de una negro mezclado con un azul, y unos pequeños hilos rojos. Eran lo más parecido a unas alas.
Sus ojos de color rojo brillaron, mientras soltó un suspiro de tranquilidad. Tal vez era la ansiedad, pero cada vez que lo hacía se sentía tranquilo.

– “Hmph”– se le escuchó decir por lo bajo, mientras que, de manera tranquila intentaba no arruinar el auto en donde estaba.

–“Es genial, pero un poco molesto…”– Y allí sus ojos volvieron a la normalidad, de un color azul.

–“eso quiere decir que eres, medio “esto”, medio “aquello”, ¿Un híbrido quizá?”– soltó una pequeña risa, a lo que provocó un ligero dolor en su espalda. Karma.

No cabia en su asombro, simplemente eran maravillosas, eran una peculiaridad que le daba gusto ver, la mezcla perfecta entre la humanidad y lo que los separaba de la inmortalidad

-increible- murmuro bajido sonriendo de lado pues verlas le parecia una majestuosidad -sin duda deben ser un gran arma- asevero adelantandose a los pensamientos del menor, pues si no, por que otra razon lo crearian

estiro su mano intentando tocar una de ellas, simplemente magnifico, sonrio para si de nueva cuenta -asi que esto te calma- y salian a la luz sus impresionantes habilidades de percepcion

-bien, si, podrias llamarlo asi aunque es un tanto complicado... explicar...- murmuro pero sin quitarle los ojos de encima a aquellas hermosas "alas" como el las habia llamado, su color y textura simplemente eran diferentes a todo lo que conocia y eso era lo que tanto le gustaba

―En un sí, son bastante hábiles. Excelentes armas de combate.―.

Soltó un suspiro, esa vez más cansado. Para luego guardar aquellas armas mortales que poseía.
De esa manera, su camiseta se había roto, mostrando una gran abertura en esta. Pero mucho no le importó, más se volvió a colocar la chaqueta para cubrirse otra vez.

―Bueno, hablemos un poco de ti… ¿Podrías explicarme bien lo que eres? Anda, ni que me fuera a burlar de ti―.

Tal vez le picaba la curiosidad, pero de alguna manera le llamaba la atención el rubio. Más por saber que era él. Quizá por ser la primera criatura en que le había prestado atención.

OFF ROL: ||Lamento haberme tardado en responder, no tenía inspiración.

-supongo que con ellas no tienes oponente, incluso yo dudo que podria tocarte si te lo propones- murmuro divertido y con una sonrisa un tanto indecifrable

Lo levanto un poco separandolo antes de que se pusiera la chaqueta mirando la ropa rota -tengo una muda deportiva atras, si quieres cambierte- enarco una ceja divertido al escuchar la pregunta del menor

-entonces tambien eres un niño curioso- solto un suspiro, no es que le diera verguenza, simplemente creia que decir de mas era innecesario -soy hijo de un angel y un mortal, pero resulta que soy un caido al ser impuro- hablo con cierta gracia en la voz -un angel en apariencia con corazon humano y tendencias diabolicas- solto una sonora carcajada esperando la respuesta del menor ante aquella "afirmacion" de si mismo. Era poco importante la opinion de los demas, pero de alguien tan unico como el le parecia bastante intrigante


OFF ROLL:perdon la demora, tuve unos problemas de indole personal que me demandaron mas tiempo del que pense, ahora que ya se regulo mi horario ya podre conectarme mas seguido, espero poder seguir roleando