Breakfast (libre)

Había tenido una noche ajetreada, lo primero que hizo fue ir a conseguir un poco de comida. Aun no había recibido el dinero que le debía un sujeto y no podría hacerlo hasta la tarde ya que este sujeto no estaría en casa hasta después del medio día. Apenas eran las ocho, había pasado la noche en vela y no tenía prácticamente nada en su estomago, con el poco dinero que cargaba en ese momento apenas pudo comprar unas cuantas provisiones ya que no quería hacer el viaje completo hasta el lugar en el que se estaba quedando.

Se sentó en una banca, puso la bolsa con las provisiones a un lado y comenzó a comer una manzana mientras pensaba en qué perder el tiempo hasta que pudiera ir por su dinero. Era una mañana bastante tranquila no parecía que hubiera mucho que hacer, pero ahora que por fin estaba libre ya no tenía muchas ganas de regresar.

Un sitio agradable de la ciudad: el lago. Mientras vagaba por ahí, la noche llegó sin haber encontrado un lugar en el cual se sintiera seguro para dormir, el clima estaba bastante bien sin señal de nubes de lluvia, así que podría dormir al aire libre sin preocuparse por eso.

Alejandose de la bulliciosa zona de la ciudad se encontró con el parque, ya se encontraba algo vacio, vio un pequeño puesto de crepas, donde consiguió su cena con el dinero que ganó jugando videojuegos en el centro comercial, acostumbraba a retar chicos que casi siempre eran solo unos habladores que terminaba aplastando (una buena forma de conseguir dinero rápido).

Llego a un lago que se encontraba en medio del parque, había árboles al rededor sufucientemente grandes como para caber en alguna de sus ramas, además así evitaba de que lo viera un poli y le arruinará su noche.

Trepó sin problemas en un árbol con una banca justo debajo de la rama que eligió para dormir. Cansado como estaba no tardó en dormirse.

Algo suave se restregaba en su cara, la insistencia de la sensación le hizo abrir los ojos para encontrarse con una panza peluda sobre su boca: un gato lo usaba como apoyo para alcanzar algo que se encontraba en su cabeza.

"Mierda"

Con un moviento rápido tomo al gato con ambas manos, por unos segundos se quedaron viendo fijamente hasta que el gato hizo una mueca extraña y le araño la nariz.

-¡Estupido ga..!-

Todo paso muy rápido; al alejar la cara para no salir más lastimado, perdió el equilibrio, estaba cayendo con todo y gato, por el movimiento brusco apretó de más al minino y este se aferró a su pecho, con las manos ocupadas a penas pudo engancharse a la rama cruzando las piernas. Salvandose de la caída pero quedando de cabeza colgando.

El gato enterró sus garras más profundo por el susto.

-Maldición deja de hacer eso, que todo ha sido tu culpa-

Trataba de quitárselo de encima cuando escucho un ruido frente a él, noto entonces que había un chico ahí, comiendo una manzana.

Un alboroto repentino lo sacó de sus pensamientos. En un principio no sabía de dónde salía tanto escándalo, parecía una pelea de gatos y perros, hasta que se giró a la jardinera de atrás y vio las ramas de un árbol cercano moverse violentamente. Curioso por saber lo que se ocultaba tras esas ramas, pero no lo suficiente como para moverse de su no tan cómodo asiento, permaneció en su lugar contemplando la escena con auténtico interés.

De la nada un histérico maullido rompió la armonía de aquel alboroto y un chico salió de la nada colgado de cabeza. La manera en que se había sucedido aquella escena le pareció tan divertida que no pudo contener una risotada de diversión absoluta. La convulsión casi le hizo tirar su manzana, que apenas estaba consumida a medias, y tuvo que hacer malabares para no dejarla caer al suelo.

- Amigo, qué espectáculo, ¿estás bien? - le preguntó desde su lugar, por lo que podía ver era un chico mas o  menos de su misma edad y todo aquel alboroto, pensó, seguramente había sido cortesía del peludo amigo que aquel chico tenía colgado en el pecho y que evidentemente rehusaba soltarse por cualquier razón que sus instintos felinos le dictaran. Una imagen divertida sin dudas. No pudo contener una risilla más que se escapó entre los dientes sin embargo no era una risa burlona, lo que había sucedido podría haberle pasado  a cualquiera incluido él mismo - Lo siento, debiste ver tu cara... ¿necesitas ayuda ahí? - dijo refiriéndose al felino, con él en sus brazos podría serle difícil bajar del árbol en la posición tan extraña en la que había terminado. -

Al escuchar la risa del chico pensó que al menos podría cobrar por el espectáculo. Le gustaban los gatos pero en ocasiones quería lanzarlos lejos cuando se ponían salvajes y lo agarraban como afilador de uñas.

-Me vendría bien una mano- Aceptó la oferta ya que sus piernas comenzaban a resbalarse. El gato no dejaba de moverse.

Mierda, hasta ahora llevaba una cuenta de 2-0 en su marcador de peleas, mira que perder con un gato no le hacía gracia.

Sin mucho embrollo en cuanto el gato se vio libre salió corriendo perdiéndose entre un arbusto.

-Gracias hombre, ese gato era un demonio- se bajo del árbol sin dificultades, vaya manera de despertarse, dio un corto bostezo.

Tenía hambre, el otro chico consumía lo que parecía su desayuno, penso en preguntarle si habia una tienda cerca pero no se le antojó demasiado la comida de tienda de 24 hrs. y no quería ir tan lejos por algo que no le gustaba, siendo que acababa de empezar el día se le antojo algo recién hecho y un poco de leche.

-Hey por aquí cerca hay un lugar  donde venden crepas te invitó una por tu ayuda-

Cuando tenía la oportunidad le gustaba compartir.

Al ayudarle a bajar pudo verle mejor, era un chico más o menos de su edad y estatura, sus ropas eran similares a las suyas, y además era bien parecido.

- En realidad no fue nada, pero te tomaré la palabra, no he comido nada desde ayer por la mañana y estoy escaso de dinero, cualquier cosa me caería de maravilla - respondió al chico mientras lanzaba a un basurero cercano el esqueleto de la manzana que apenas le había servido para evitar que su estomago hiciera ruidos molestos y entonces se dio cuenta de que aún no sabía el nombre de éste y que él mismo no se había presentado - Por cierto, soy Yerik - estiró la mano para saludarlo con un firme apretón.

- Imagino que ese gato no es tuyo - señaló sonriendo en la dirección en que el animalillo había salido corriendo unos minutos atrás

-Heikki- dijo al recibir el apretón de manos, fuerte y firme. Reconocía a alguien que se movía por los mismos caminos que él recorría, las manos de Yerik eran callosas,  curtidas por su uso. ¿Quien lo iba imaginar tras esa apariencia?. Sus oponentes debían dejarse llevar por eso hasta que recibían un buen golpe. Le agradó al instante, pequeño y peligroso (aunque eran casi de la misma estatura), como un conejo rabioso, ya estaba divagando su cerebro funcionaba lento en las mañanas.

-Pide la más grande- dijo sin pensarlo.
Sabía lo que era pasar hambre.

-No. Yo estaba durmiendo cuando puso su panza en mi boca, creo que trataba de alcanzar un pajarillo o algo que estaba sobre mi cabeza- Señaló el árbol -luego pasó lo que viste-

Se adelanto unos pasos -Es por aquí-

Estaban de suerte el pequeño establecimiento móvil estaba abriendo, serian los primeros.

Siguió al chico y con la mirada le adelantó para ver el lugar del que estaba hablando. Efectivamente el estableciemiento comenzaba a abrir, el empleado recién había sacado los banncos en los que se sentaban los clientes y limpiaba ahora sus utencilios de trabajo. Serían los primeros clientes del día.

- Parece que llegamos justo a tiempo - no habría querido tener que ir a buscar otro sitio hasta encontrar algo abierto, a esas horas sería algo dificil, él había tenido suerte de encontrar algunos viveres en una miscelanea cercana abierta, por desgracia, nada que pudiera comer sin preparar, y eso es lo que llevaba en la bolsita de plastico blanco que cargaba consigo, la manzana había sido un bono del tendero, un hombre bastante agradable, al igual que con el que caminaba ahora. Comparado a la noche anterior por fin sentía su suerte regresar.

- La próxima vez déjame a mí invitarte ¿de acuerdo? - no le gustaba deberle nada a nadie, aunque más que eso quería devolver el buen gesto, además este chico le daba buena espina, parecía conocer el mismo mundo que él conocía y él confiaba en sus instintos para reconocer a algún pobre imbécil de una cara amiga, quien sabe... quizá pudieran hacerse buenos amigos - tú escoges el lugar o si lo prefieres puedo preparar algo... no me gusta presumir pero soltar golpes no es único bueno que se hacer con las manos, mi estofado de res es legendario

-Bien, me gustaría probar el estofado- No era glotón pero no decía no a una oferta de comida y un estofado de res no lo comía todos los días. Este chico le agradaba en defenitiva, le gustaría saber en que más era bueno, Yerik le confirmo lo que pensaba respecto a sus habilidades con las manos.
Cuando estubo preparado el hombre de las crepas hizo su pedido, pidió una crepa de plátano con chocolate y un botecillo de leche.

-Es tu turno- Dejó que Yerik pidiera lo suyo. Mientras esperaban sus pedidos se sentaron en los bancos.

-Es una ciudad interesante, me gustaría quedarme un tiempo, ¿es buen lugar para los trabajadores independientes- dijo despreocupado.

Era una manera sutil de decir: Soy nuevo y quiero saber si debo cuidar mi trasero 24/7, cuando me meta en el hoyo.

Estaba interesado en saber como se movían las calles, su primer plan fue andar de aquí a allá y observar durante unos días, debía hacerlo con cuidado o sería tomado como un topo y eso lo pondría en la mira.

Entrar a un grupo de forma temporal no era su intención, así que necesitaba saber como les iba a los que trabajaban en solitario, que tanto tiempo le iba a tomar hacerse de un nombre, a algunos no les gustaban los que trabajaban solos porque no le debían lealtad a ningún grupo, pero servían para muchas cosas. Yerik podría tener algo de información que le ayudará, aunque nada le impedía mentirle. Nadie da información gratis.

En cuanto se sentaron y el otro hubo ordenado lo suyo fue el turno de Yerik, él pidió una con zarzamoras y blueberries y un botecillo de leche al igual que el otro chico, en cuanto dio el primer bocado hizo una mueca de felicidad. Entretanto escuchaba a Heikki hablar, por lo que pudo sacar de los que éste decía, era obvio que era nuevo en la ciudad y no conocía aun cómo se manejaban las cosas en el lugar.

Le miró mientras terminaba de masticar la porción que se había llevado a la boca, con mirada tranquila y relajado, tratando de desifrar algo. Por lo que había visto hasta ahora del chico estaba confirmado que no era cualquier tipo, su postura y su apariencia le decían que  se movían en el mismo ambiente y lo que buscaba saber con esa pregunta. No es que él fuera un experto, al fin y al cabo él también era relativamente nuevo en el lugar y no todas sus experiencias habían sido muy buenas que digamos, pero algo sí sabía por haberlo experimentado ya.

- Tu me agradas, así que te diré esto - le dijo cuando hubo tragado la porción de comida - si quieres evitar problemas, trata de no llamar la atención pavoneandote por ahí tu solo, vigila bien tu trasero si no quieres pasar un mal rato, sobre todo si por ahora no tienes buenos contactos - y con eso se refería a alguien con reputación y nombre en ese ambiente - ya pasé un mal rato en mis primeros días aquí justo por eso..., sabes, yo tampoco tengo mucho tiempo por aquí, apenas lo minimo para ir conociendo cómo están las cosas y lo suficiente para haber ganado enemistades por ese estúpido descuido - pasearse solo y confiado como él era por las calles equivocadas le había traído un gran problema que no contempló en sus planes...  había estado muy cerca de terminar tras las rejas por algo que no había hecho... pero no era su culpa que los responsables de hacerle pasar tan mal rato no supieran escoger sus peleas, lo que más les molestaba a las pandillas de aquí y de todos lados era la misma cosa, ser ignorados por una potencial "victima" y ser derrotados vergonzosamente por esa misma "victima"  

- Si eres inteligente podrás desenvolverte bien y me da la impresión de que lo eres, solo cuídate de no llamar demasiado la atención de los simios idiotas... - le dio un sorbo a su bebida y rió divertido - son fáciles de reconocer, los identificaras en cuanto los veas... son un dolor en el trasero

Mientras disfrutaba de darle un sorbo a la leche, escucho atento lo que Yerik decía. Ya estaba trazando un camino en su cabeza para iniciar, se acercaría discretamente, buscaria pequeñas tareas que hacer, cuando aparecieran los incordios el plan de golpear fuerte y duro a la primera; serviría para poner distancia entre él y los gamberros que estaban abajo de la cadena, por lo regular eran ellos quienes se comportaban como imbéciles solo por pertenecer a un grupo. Pensó un momento mientras le daba una mordida a su crepa.

A pesar de lo que Yerik decía sobre ir por ahí pavoneandose podría funcionar ( se harian de una reputación rapida si los vencían en su propio terreno pues la fuerza era admirada, si un grupo de peones pedían ayuda de los "hermanos mayores" para vencer a un par de críos serian vistos como débiles).
Sería bueno tener un respaldo, si fueran dos en vez de uno eso claro dependía de si Yerik quería ser su socio. Se acababan de conocer y sus personalidades empataban bien. Mierda, sería dinamita pura, quería verlo pelear con sus propios ojos. Por su historia no le fue muy bien pero ahora podía tener a alguien cubriéndole la espalda.

-¿Qué te parece tomar revancha?- dijo sin inmutarse dándole otra mordida a la crepa - y no se... podríamos trabajar juntos de vez en cuando compañero - le sonrió cómplice.

Casi se terminaba su crepa, bebió lo le que quedaba de leche, suspiro muy satisfecho.

El chico terminó con sus alimentos para cuando el otro hubo terminado de hablar, estaba satisfecho por el momento, con eso podría aguantar hasta la tarde.  

- Bueno, bueno... me agrada cómo suena eso - Lo que Heikki le dijo llamó su atención, una sonrisa traviesa se dibujó en sus labios, le gustaba este chico... al parecer había encontrado un socio - No necesito la revencha, pero no les vendría nada mal aprender una lección de humildad... además sería bastante útil, nos quitaría en seguida de la lista de objetivos y carnada ¿no crees? -

Dos son mejor que uno, para los que están acostumbrados a ir en ese camino es sentido común aliarse, ser el lobo solitario en un territorio extraño no es precisamente inteligente ya que forjarse una reputación en solitario lleva más tiempo, esfuerzo y sangre... si trabajaban juntos saldrían más rápido de aquella molesta encrucijada.

- Como ellos hay muchos, tengo curiosidad por ver tus movimientos ¿qué dices si vamos a buscar un poco de acción por ahí, socio?... - sonrió con complicidad extendiendo el puño cerrado hacia Heikki para chocarlo con el del otro como muestra de complicidad.

Además de patear unos cuantos traseros quería ver con sus propios ojos las habilidades de su nuevo compañero, la propuesta debía hacerse, ambos tenían que ir conociendo qué tipo de habilidades tenían cada uno y confirmar si esa complicidad funcionaría.... pero sobre todo necesitaban saber si podrían confiar el uno en el otro, todo eso era necesario y la única manera de comprobarlo era en la práctica, por eso irían por un pez pequeño, como los que él se había encargado de apaciguar la ultima vez, al fin y al cabo, como había dicho, de ese tipo de idiotas, hay muchos.

Sonaba como que este día sería muy divertido, pensó tras escuchar la propuesta de Yerik. Estaba de acuerdo con él y tambien quería ver de lo que era capaz.

-Cuenta conmigo- Alzo la mano en un puño y lo choco con el de Yerik, sellando el acuerdo. Ambos estaban en la misma sintonía y diría que era el tipo de chico que era mejor tener como aliado.

-Te aseguro que no siempre pierdo contra los gatos, me tomó desprevenido- bromeó. Le reconoció su sinceridad al decirle sin tapujos que quería ver sus habilidades, de igual forma sería justo que le dijera sus intención también -Lo mismo digo, quiero ver que tan fuerte eres-

Habiendo acabado ambos, Heikki pagó por los dos, compró un botecillo extra de leche y pidio un platito que pudiera contener liquidos antes de irse.

-Espera un momento ya regreso- le pidió a Yerik. Fue hacia aquel árbol donde sucedió todo el alboroto con el gato miro hacia la rama y ahi estaba viendolo desde arriba con suficiencia, vacío la leche en el plato y la dejó a un lado, el gato no tardaría en bajar, había ganado por esta vez.
Regresó donde Yerik estaba.

-Bueno no tengo mucho que hacer por ahora- no tenía nada planeado aún, el día recien comenzaba.

-¿Alguna sugerencia?.Podemos ir ahora o si prefieres dime la hora y el lugar, ahí estaré-

Una risita se escapó de su boca con la broma de otro chico - Apuesto a que no - continuó con una sonrisa divertida. Se levantaron al terminar ambos con el bien merecido desayuno, Yerik le agradeció por la invitación; la verdad es que le había caído del cielo.  

Antes de irse, su nuevo compañero fue corriendo de nuevo hacia donde se habían encontrado un rato antes por primera vez, al principio no entendía a qué regresaba, tal vez había olvidado algo. Cuando vio lo que hacía con la leche y el plato, miró hacia arriba en el arbol y distinguió apenas la silueta gatuna, el pequeño felino había regresado a su lugar de reposo. Yerik comenzó a caminar y se encontró con Heikki a mitad de camino cuando este estaba de regreso.

- Te gustan los gatos - dijo en tono más de afirmación que de pregunta con media sonrisa al descubrir esto que le parecía bastante simpático, no esperaba una respuesta, era simplemente un pensamiento que había escapado de su mente a su boca. A decir verdad no le extrañaba, le parecía que Heikki tenía un aura gatuna que le iba perfecto, le daba la impresión  de que era como un gato, uno callejero, de esos que disfrutan caminar por las azoteas y sentirse libres, de esos que él recordaba ver desde la ventana cuando aun vivía en casa de su madre o esos que se topaba en los callejones cuando comenzó a explorar ese mundo exterior, le agradaba eso.

En cuanto a su planes, él tampoco tenía mucho que hacer pero era más conveniente esperar a que atardeciera para que, en caso de que el barullo llamara la atención de los transeúntes, las sombras estuvieran próximas para ayudarlos a esconderse de las patrullas y policías de ser necesario; además, aún tenía que ir dejar sus cosas.

- Mmm... qué te parece si nos vemos allá a las seis, a esta hora deben estar dando su ronda de compromiso los azules - los policías raramente se adentraban de buena gana en el ghetto a horas tardías a no ser que las llamadas de los vecinos los obligaran a cumplir su deber - Veámonos en la calle 132, ¿qué te parece?...

-Si es... inevitable- confirmó el comentario de Yerik sobre los gatos y Heikki.

Su gusto por los gatos no lo mantenía en secreto, a simple vista podrían notarlo cuando se encontraba cerca de un felino, no sabía desde cuando inició su afición por ellos; simplemente le agradaban. ¿Quien podría resistirse a sus encantos?.

Sonaba bien el plan de Yerik, cerca del crepúsculo se sentía con más ánimos para buscar diversión, considerando el hecho que la vida del bajo mundo comenzaba al caer la noche, tendrían mejor oportunidad de llevar a cabo su cometido, ademas le daba un margen de tiempo para aprovechar el día, la mañana estaba apenas comenzando, iría a dar una vuelta para aprenderse mejor los caminos alternativos que habían en la ciudad y también investigaría un poco para encontrar a los idiotas que jodieron su primer día en la ciudad, les devolvería el favor.
Aunque no sabía llegar ni conocía la calle, tendría muchas horas por delante para averiguarlo, le gustaba explorar la ciudad por sí mismo, si no¿qué diversión habría?.

-Te veré ahí entonces- acordó con Yerik, sonriendo de solo anticiparse a lo que se vendría por la tarde. Este iba a ser un día ocupado.




*Continua en el Guetto