Lo divertido del alcohol (libre/+18)

Definitivamente no habia sido una buena idea, pero claro, nadie me habia obligado a venir. Ni siquiera mi razón, pues ya me conocia yo cuando bebia de más, no era yo mismo y eso era inaceptable. Además, los compañeros de trabajo, los cuales habían sido los que me habían influenciado a venir para, "relajar las tensiones" que el restaurant provocaba, se habian largado con mujerzuelas del lugar "que asco".... pensé con gesto de pocos amigos.

No entendia el como, podian divertirse con estas "mascotas" ¿de verdad era una vida digna? al menos, por ese breve momento agradeci cada instante de mi patetico pasado. Al menos nadie me obligaba a acompañar o a ofrecer servicios al mejor postor.

Ahora estaba solo, como un estúpido perro abandonado. Aún estaba por mi primer copa, esta estaba a penas a la mitad, un poco de consciencia aun se asomaba en mis acciones, pero, la frutracion era tal que poco a poco se borraba la linea entre mi responsabilidad y el coraje de verlos divertirse. Una chica se acerco, estaba bastante pasada de copas, intento persuadirme para que le acompañara. Fue la terquedad de la mujer la que me colmo -Solo largate!- estoy seguro que le grite, pero, el ambiente hizo que solo ella y quiza los mas cercanos me escucharan.

Suspire, de verdad estaba harto de todo esto, y aun me preguntaba que rayos me retenia allí, quiza era el momento de desertar... Si no tenia pensado "pasarla bien" con alguno de ellos, ¿para que seguir aqui?

La muchacha se fue casi enseguida, claro, no sin antes despedir con una caricia en la mejilla al chico que le había traído dicho mensaje y, porque no, dedicarme unas cuantas dulces palabras. Bufé y suspiré con cansancio evidente. Cuando perdí vista total de aquella, pensaba que, ahora debía agradecer el gesto de aquel… ¿Qué era? ¿Empleado? ¿Cliente?

La cabeza me daba un poco de vueltas, de nuevo volví a maldecirme por no haber accionado aquella alarma y limite que siempre me ponía al comenzar a beber. Me había dejado llevar por el enfado y el aburrimiento. No negaba que, en algún momento de camino acá, me había maquilado algunas posibilidades, que rondaban desde el pasar un buen rato con mis compañeros, des estresarme, o quizá encontrar a alguien con quien divertirme. Pero cuando llegue a aquel sitio cualquier posibilidad pareció imposible.

-Cla…ro…- respondí elevando mi ceja, ¿para que alguien preguntaría algo si no esperaba una respuesta? No dije más sobre aquello y deje que se sentase en el sitio de uno de mis compañeros, después de todo no se veía intención de regresar. –Oh por supuesto!, “linda” noche- respondí con cierto sarcasmo.

Entonces pude ver aquella sonrisa, me ruborice sin poder evitarlo aunque mi expresión no cambio mucho. –tch….- tampoco pude evitar el analizar a aquel chico que no conocía pero que de pronto se había vuelto una especie de compañero de trago. El color de sus ojos seguramente era claro, pues con facilidad podía adoptar los reflejos de las luces de aquel sitio. Su tez era clara, sin embargo su complexión era más gruesa que la mía, sus labios ni gruesos ni delgados, diría que algo perfectos. Eleve mi ceja incrédulo y sonreí por debajo ¿acaso estaba evaluándolo por mera atracción? “eres un caso Nikhola….” Pensé. Sin duda este chico era muy atractivo, y eso no había donde reprocharse o negarse. –Mi nombre es… Nikhola…- comencé, si iba a agradecer, lo más correcto es que supiera el nombre de quien daba aquel agradecimiento. –Muchas gracias por sacarme del apuro… estaba a punto de salirme de mis cabales, y no me hubiese gustado faltarle al respeto a una chica….-

No alcanzaba a comprender el porqué de su oración ¿hacerme algo? En realidad no es como si lo hubiese pensado, ni como si me sintiese amenazado por el nuevo acompañante. Quizá había sido por lo fijo y atento que me había mostrado hacia su persona. En todo caso no estaba tan equivocado en sus palabras. –Entonces Luka… me quieres dar a entender que, un chico que asiste a este sitio es… ¿totalmente inofensivo?- reí un poco por aquel comentario y bebí un trago más mientras percibía por el rabillo del ojo las luces del sitio.

-¿uh?..- baje el vaso que sostenía entonces y eleve mi ceja -¿Cómo es eso? ¿Cómo son las personas que frecuentemente asisten a este sitio?- quise saber, no ocultaba la curiosidad como resultado de las cosas que decía. Entonces sentí su atención principalmente en mis ojos. No era la primera vez, aunque anteriormente solo los veían con cierto… ¿desagrado? Como si por ser diferente… argh, no era momento de pensar en eso. Sin embargo pude sentir un leve calor en las mejillas. “Seguro es por el alcohol” tranquilice así mi inquietud por demostrar demasiado.

-Aunque tienes razón… no frecuento este tipo de sitios… la cantidad de gente y, el ruido me ponen de los nervios…- suspiré y sentí su mirada irónica, adivinando su reacción a mi respuesta –tontamente acepte la invitación de mis compañeros de trabajo… ciertamente me arrepiento. Aunque… viendo ahora a mi acompañante y la forma tan galante en la que se comporta, puede que… no haya sido una total pérdida de tiempo…- ¿Qué rayos hacia? ¿Acaso estaba coqueteándole?.... joder maldito alcohol, ¡una y mil veces maldito!

-¿el primero…?- no pude evitarlo, solté una risa contenida, pero esta no se escuchó mucho, o al menos solo pude escucharla yo y mi interlocutor, puesto que el ruido de las conversaciones y las risotadas aminoraba por completo nuestra amena conversación.

-siendo sincero, ahora mismo siento como si se tratara de un lobo intentando convencer de su bondad a una pobre y tonta oveja…- no sabía de donde había sacado tales comparaciones, pero me causo gracia el imaginarme de esa forma y al otro… bueno en esas circunstancias. –No hay nada que demostrar, todos tenemos cierta malicia, sin embargo, agradezco el saber que sea el primero con el cual tienes una verdadera conversación…-

Mi copa estaba vacía, y que bueno, podía sentir ya los efectos del líquido en mi cuerpo, me envolvía, hacía sentir como mis músculos perdían fuerza y, de esta forma un tanto indefenso. Recorrí sus facciones, recorrí sus expresiones y me resulto tremendamente encantador y seductor. “Maldito sea el alcohol, maldito sean mis pensaditos, maldito sea yo…” cerré brevemente los ojos, para cuando los abrí tenia al otro peligrosamente más cerca, ¿había sido yo el que había provocado tal cercanía? No importaba si nos veían o no, en realidad nadie nos prestaba real atención. Mi pulso aumento y mi mirada se desvió con las mejillas sonrojadas –lo lamento…- cubrí mi boca y me aleje, sin saber si había sido yo y para evitar el aliento alcohólico.

De pronto, la conversación había tomado un tono lascivo. Lo sabía y daba pie a ello. Sin duda el alcohol no era para mí, a decir verdad, no es que me hiciera hacer cosas o decir cosas que no quisiera, sino que, borraba mis límites y dejaba al descubierto mi verdadera personalidad, un niño caprichoso, lascivo y un celoso, posesivo.

El otro había tomado mi brazo con sorpresa, no sabía si reír al escuchar su razón, una aparente preocupación porque apareciese alguien peor que él. ¿Aun así le dejaría llevarme como si nada? No conocía a ese tipo, no sabía si se trataba de algún delincuente, o solo un chico muy afortunado en su esfera social, y aun sin saberlo, me encontraba siguiéndole, casi siendo arrastrado por el entre la multitud. Alcance a ver a un par de mis compañeros, que me observaban, pero estaban demasiado ocupados como para siquiera pensar que alguien me llevaba contra mi voluntad, o mejor dicho, que me llevaban sin estar consiente completamente.

-¿A dónde vamos Luka….?- intoxicado, mi voz ahora pareciese ser la de un niño mimado mientras sentía más aire pues poco a poco la multitud era menos hasta no ver a nadie más que a Luka. Al menos podía sostenerme en pie, pero no podía prometer mucho de mis habilidades motoras por las próximas horas.