Kouki (kirin)

Nombre: Kouki

Especie: Kirin

Ocupación: Mascota
Edad: Desconocida

Apariencia: Como humano su apariencia es andrógina, su piel pálida y cabello negro poseen un encanto sobrenatural; el color de sus ojos es indeterminado (los pocos que los han visto con detalle difieren en sus observaciones). Posee un cuerpo delgado, con musculatura delicadamente definida, su estatura es de aproximadamente de un metro con setenta y nueve centímetros.

Spoiler:

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Gustos: La música, la naturaleza (cuidar de las plantas y seres inferiores), frutas y bayas (no come carne), los niños y pasear cerca de estanques o ríos.

Disgustos: Días calurosos, que dañen la naturaleza, los ruidos estridentes, el mar.

Personalidad: Como kirin es consciente de su naturaleza por lo que es una persona reservada, procura guardar la compostura cuando en realidad es alguien bastante tímido. Por su posición es tratado superficialmente por los humanos; solo los niños se acercaban a él sin miedo, es igual de curioso que ellos. Tiene la manía de cubrir su boca cuando ríe, el no miente, el odio no forma parte de su ser, la paciencia es natural en él. Tiene poco tacto al decir algo por lo que puede llegar a ser malinterpretado.

Historia: Kouki era el espíritu protector del Norte de un país lejano. Los animales vivían en paz, la tierra era fértil y las plantas crecían hermosas. Jamás el invierno azotó esas tierras.
Los humanos que vivían ahí, le veneraban como su protector, para poder vivir en esas tierras tenían prohibido cazar los animales del bosque o dañar a los árboles y plantas, además debían mantener sus corazones libres de la maldad que corroía el alma, puesto que abriría la puerta a los malos espíritus. Conforme el tiempo pasó se convirtió en un reino prospero. Un día llegó el joven Rey de las tierras de Oeste a pedir la mano de la única hija del Regente del Norte (ahí no había rey). Llevó regalos que agradaron al Regente; mientras su gallardía y porte enamoraron a su pretendida. La boda fue anunciada al final del día.
Kouki no intervenía en las decisiones humanas siempre que no olvidaran sus promesas.
La boda se celebró antes de que partiera el Del al Oeste. La ciudad se cubrió de flores y listones, como era costumbre Kouki abandono su hogar en el bosque, se presentó en la ceremonia para bendecir la unión, él concedía la buenaventura y suerte, sin discriminar, a los nuevos esposos.
El Rey supo en el instante que vio a esa hermosa persona qué era el amo, un calorcito primoroso se alojó en su corazón. Kouki  se acercó a él llevando consigo un crisantemo dorado y dijo:
"Planta esta flor en tu jardín y tu reino siempre será dorado"
Con un vacío regresó a su reino. No había guerra o hambre, su esposa le dio un heredero, los campos se cubrieron de esas hermosas flores doradas, se había convertido en un buen rey. Pero nada llenaba su corazón, su amor no disminuyó con el pasar del tiempo: así fue cómo su corazón sucumbió ante la pasión. Fue difícil encontrar quien pudiera llevar a cabo su deseo.
Su sufrimiento terminó una noche, cuando volvió a tener frente a él al Kirin, nada había cambiado en él; su belleza confortaba su inquietud, la tranquilidad de su rostro lleno de alegría su corazón. Sin embargo no le miraba, no respondía a sus palabras, sus regalos no eran aceptados, su existencia parecía invisible para en kirin...Dejo de ser paciente, espero demasiado para verlo otra vez, entonces cometió el crimen: mancilló aquel cuerpo en un acto desesperado por hacerle llegar su amor. Cuando entendió su fechoría se abrazó a su cintura igual que un niño a su madre y lloró. Cada noche que pasaba en su lecho terminaba de la misma manera. El Rey se olvidó de todo, su reino, su esposa, su hijo. Solo tenía ojos para Kouki, ganarse su amor. Tras un tiempo todo comenzó a decaer, sólo una persona sabía lo que escondía la melancolía del Rey, su único amigo leal a él, su Consejero Real, un hombre con el que creció desde la infancia. Éste al ver la sombra de la que era preso su Rey y los problemas que iniciaban en el reino, llevó a cabo una acción que podría costarle su propia vida, aceptaría bien su castigo si con eso traía de regreso al hombre que justo y noble que se preocupaba por su reino. Llevó a Kouki a un lugar lejos al otro lado del gran oceano donde el Rey no pudiera encontrarlo.

Extras: El Kirin es descripto como uno de los Unicornios del orden Killina: "De las Siete casas, los menos conocidos son los Killina. Muy rara vez los ha visto el hombre. Gozan en incesante movimiento sin reposo; son muchas las tierras sujetas a su gobierno. Su naturaleza secreta se manifiesta: despide un fuego sagrado. Su enseña es un orgulloso cuerno de tan destellante potencia que tiembla al límite de la visión humana y son muy pocos los ojos que lo han visto. Su ministerio transcurre en este mundo entre los Reinos de Oriente, pero pocas veces necesitan inmiscuirse en los asuntos de los hombres: sus apariciones son una advertencia de importancia: anuncian un gran rey o un nacimiento de la mayor nobleza.
A los Killina corresponde de las Tres Sentencias Secretas, también llamada los Secretos Grandes, que sólo serán revelados al término de la edad presente. Son seres mágicos capaces de controlar monstruos y demonios para utilizarlos como defensores, aun así, algo tan insignificante como una gota de sangre podría ocasionarles la muerte si no son tratados.

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Serie de la que viene: Ninguna

“El mundo está lleno de pequeñas alegrías: el arte consiste en saber distinguirlas.”

Ficha aceptada. Bienvenido a la ciudad.